Para estos momentos de la evolución humana considero trascendental analizar y enfrentar con valentía el hecho de que la desigualdad, la exclusión y la pobreza no son los únicos factores que nos convierten en país de “tercer mundo”.
Debemos tomar en cuenta que, gracias a los medios de comunicación y la tecnología, hoy día podemos visualizar e identificar que:
1. Los países de “tercer mundo” se caracterizan por dos cosas, a) Contar con recursos y riqueza, y b) Tener habitantes que tienen las mismas potencialidades que los que habitan en los de primer mundo.
2. Que pobres, excluidos y marginados también existen en los países desarrollados.
3. Que cuando muchos habitantes del “tercer mundo” migran al mundo desarrollado, no solo progresan económicamente, sino que se vuelven disciplinados, puntuales, limpios, ordenados, e incluso, su capacidad de generar ideaciones y conceptos mentales más elevados se incrementa a la “n” potencia.
He escuchado que algunos “primermundistas” dicen que los salvadoreños son muy laboriosos, que se adaptan a los eventos que van surgiendo, que tienen mucha energía, pero…que son muy indisciplinados y que por eso siguen en el subdesarrollo.
Jean Piaget, padre de la epistemología genética, definía la disciplina como la habilidad de cada persona para plantearse metas, persistir hasta lograrlas y tener control de los propios impulsos para dirigir conscientemente su conducta hacia esas metas, pero con un detalle exquisito: siendo cuidadosos de no afectar los derechos de los demás.
Talvez ahí está el detalle, como decía Cantinflas: ¿Será que esa característica de no terminar lo que empezamos, de no crear una estrategia para lograr las metas, de no seguir el camino definido por la estrategia, de ser atenidos “a lo que Dios mande”, del derroche, de la fiesta antes que la obligación, del irrespeto a las leyes, del disgusto por el orden y la limpieza, del querer todo regalado porque no queremos pagar impuestos ni esforzarnos, de pensar con el estómago y no con el cerebro, de no tener palabra de honor para cumplir compromisos, de ser tardistas, de no decir la verdad, de no dominar nuestros impulsos de todo tipo y consumir hasta lo que no podemos pagar, es lo que nos tiene menos prósperos de lo que quisiéramos en un círculo vicioso del que no salimos, siendo más fácil echarle la culpa a terceros?
Hace unos días el Juzgado Ambiental de la zona oriental estableció 30 medidas cautelares contra la alcaldía de San Miguel porque el municipio está demasiado sucio.
Se elogia el proceder del juez; sin embargo, siendo sinceros, no solo a los concejales de la alcaldía en comento les parece natural la suciedad y el desorden, sino que a muchísimos habitantes de todo el país, lo cual se refleja en como mantienen sus hogares y sus negocios de inmundos y desaseados.
Todas estas personas miran sus lugares y sus alrededores, y lo que es suciedad y desorden lo traducen como pobreza y marginación. ¿Será que la falta de disciplina no les permite limpiar ni ordenar ni preocuparse si sus vecinos se sienten lastimados en su derecho de habitar en un lugar distinto?¿Cómo será a la hora de decidir cuánto gastar en consumo sin trascendencia o en invertir en sus propios negocios o en educación como camino hacia el progreso material o comportarnos con terceros para no ser marginados?
Hace varios años escuché una conferencia del ingeniero Manuel Enrique Hinds en que señalaba que el incumplimiento de la fecha para el envío de productos alimenticios, por productores salvadoreños, a distribuidores internacionales, fue lo que empujó a éstos a buscar otros proveedores.
“Mañana haré mi casa, dijo el zope”...
¡Cuántos presidentes del Órgano Ejecutivo han iniciado sus mandatos sin el diseño de un plan de gobierno para determinar los objetivos de sus trabajos en los siguientes 5 años, siendo que algunos, en su indisciplina e ignorancia, ponen a algún “sesudo” a elaborarlo para presentarlo en un show que de ahí no pasará pues no se implementará!
¿Será que les asiste la verdad a esos primermundistas y analistas y ya debemos eliminar el término “tercer mundo” y deberíamos llamarnos “mundo indisciplinado”?
¡Hasta la siguiente entrega!
Médica, Nutrióloga y Abogada
Mirellawollants2014@gmail.com