En un viaje a Honduras, realice una parada en Gracias, y es obligatorio visitar la fortaleza de San Cristóbal; allí se encuentra un mausoleo sencillo y austero, en donde descansan los restos de Juan Lindo y Zelaya, jefe de Estado de El Salvador entre 1841 y 1842, y luego electo presidente constitucional del Estado de Honduras en el periodo de 1848 a 1852. Pero sobre todo es reconocido por fundar las universidades nacionales de Honduras y de El Salvador, hoy UNAH y UES. En la lápida de su tumba está colocado el siguiente epitafio: “Puedes ser un gobernante odiado de tu tiempo. Pero si quieres que te favorezca el voto de las generaciones venideras abre escuelas” Juan Lindo.
Tanto UNICEF como Banco Mundial señalan que la educación es un derecho humano y básico de todos los niños, niñas y adolescentes, que les proporciona habilidades, capacidades y conocimientos necesarios para desarrollarse como adultos y además les da herramientas para conocer y ejercer sus otros derechos; asimismo, educación es un importante motor del desarrollo y uno de los instrumentos más eficaces para reducir la pobreza y mejorar la salud, y lograr la igualdad de género, la paz y la estabilidad. Además de generar rendimientos elevados y constantes en términos de ingreso, constituye el factor más importante para garantizar la igualdad y la inclusión.
Un nivel de escolaridad elevado, al menos de 12 grados, bajo un sistema educativo de calidad -como condición fundamental- garantiza una ciudadanía razonable y respetuosa, responsable con su medioambiente, capaz de dialogar y ser tolerante. Por el contrario, niveles bajos de escolaridad en un sistema educativo ineficiente, reproduce los ciclos de pobreza, exclusión y violencia.
La solución a los grandes desafíos socio-económicos de los países centroamericanos está en el sistema educativo, y dentro de él, es importante: a) Docentes dignificados y bien formados; b) Infraestructura, ambientes educativos, bibliotecas y laboratorios equipados y limpios; c) Currículo nacional mínimo; d) tecnologías educativas al alcance de todos; e) Libros de texto; f) Cumplimiento del calendarios escolar; entre otros aspectos básicos.
No necesitamos ir a Finlandia o a Singapur para encontrar el modelo educativo ideal, en nuestro medio existen colegios bilingües que cumplen con estándares internacionales; justo allí en dónde se han educado y se educan los hijos de los Presidentes, Ministros, Diputados, Jueces y grandes empresarios.
Es muy probable que los graduados de estos colegios élites ingresen al nivel superior y terminen su pregrado y hasta un master o doctorado; y sería muy poco probable que estos graduados terminan en pandillas, migrando o en empleos de baja calificación. Pero los estudiantes afortunados o privilegiados son una minoría; en el sistema público de 10 estudiantes que terminan sexto grado sólo uno llegará al graduarse del nivel superior, y 6 de ellos desertarán en tercer ciclo.
No existe un debate serio, pero si gritos digitales e insultos, entre los que apoyan cárceles versus lo que se inclinan por educación; todo comenzó con un contrapunto en Twitter entre el presidente de El Salvador y su promoción del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) y la propuesta del presidente de Colombia, quien criticó el modelo de “campos de concentración” y defendió su gestión basada en abrir más colegios y universidades como herramienta contra la violencia. No faltó en el pleito la voz desequilibrada de un diputado que no entendía nada y defendió una hipótesis fanática y descabellada: “O sea si alguien asesina a otra persona lo manda a la universidad y no a la cárcel, en serio?. O sea matar a otro es como acceder a una beca de estudio”. No diputado, la educación va mucho antes de la cárcel…, pero creo que no estamos preparados para esta discusión.
Educar y hacerlo bien, con altos estándares de calidad, es una condición fundamental “preventiva” para muchos aspectos de la sociedad, sea en salud, tráfico, seguridad, medioambiente, etcétera. Personas educadas cometen menos delitos, reflexionan y analizan opciones, y tienen más y mejores oportunidades de empleo. Siempre habrá excepciones, pero son justamente casos aislados o son delincuentes de cuello blanco.
Educación debería ser la principal apuesta de las políticas de Estado, con una visión de largo plazo, ya que un cambio generacional no se logra con un plan de gobierno; sabemos que no es muy rentable en el espectro electorero de la cultura partidocrática latinoamericana, y que probablemente muchos políticos sin afirmarlo públicamente, prefieran una ciudadanía de baja escolaridad, poco crítica y analítica, para que sigan votando por espejismos y puedan ser engañados fácilmente con promesas y mentiras.
Desde 1992 a 2022, pasamos de 4.3 grados de escolaridad a 7.1, es decir en 30 años solo avanzamos 2.8 grados; no solo es una infamia o una burla, es la evidencia tangible de la ineficiencia e incapacidad de las políticas públicas educativas, las del pasado y las del presente.
Han encarcelado a 40,000 jóvenes, según dicen faltan capturar otros 30,000, pero ya la deserción escolar actual preparará la nueva generación de personas a capturar. Es decir, todo desertor escolar es candidato a ser capturado, a migrar o a reproducir ciclos de pobreza y exclusión. Estas son las oportunidades reales para los chicos y chicas del sistema público; los del sistema privado bilingüe no se preocupen, su futuro está asegurado… y sí, hay dos tipos de ciudadanos
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Investigador Educativo/opicardo@asu.edu