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Llanta pacha

"Casi el 80% de los aspirantes a la UES reprobó el examen de admisión”. “Sólo dos de cada diez estudiantes (…) consiguieron el puntaje mínimo de 50 que pide el centro de estudios superiores…” (EDH, 14 de noviembre).

Por Jorge Alejandro Castrillo
Psicólogo

Si se preguntara a las personas sobre lo que informa la nota ¿le parece extraño? ¿Abracadabrante?, habría dos respuestas posibles: a) No, no me extraña en absoluto porque en años anteriores la tendencia era semejante. La extinta PAES lo predecía en alguna medida: si salen mal preparados del bachillerato, no es posible que entren bien a la universidad. b) Sí me resulta muy extraño, pues los últimos reportes de la prueba AVANZO (prueba que sustituyó a la PAES para evaluar a los bachilleres) indicaban que ¡habíamos mejorado! Esta última respuesta acepta dos explicaciones: o AVANZO no mide bien el nivel académico o el examen de ingreso de la UES es harto difícil.


En septiembre, hace dos años, a raíz de la conferencia de prensa en que las entonces autoridades del MINEDUCYT anunciaron el nacimiento de la prueba AVANZO, publiqué el artículo que titulé ¿AVANZAMOS? Allí dije: “Es difícil opinar de manera responsable cuando se cuenta con poca información. Sabemos que esta prueba se separó del objetivo único inicial de la PAES -medir el aprendizaje- para incluir también la medición de actitudes, opiniones e intereses vocacionales. Esto complicará más determinar la validez de la prueba. Habrá que esperar por criterios externos: empleadores, universidades nacionales e internacionales, para identificar a los que sí aprendieron”.


Este examen de admisión a la UES ¿es equivalente al que se usó antes? De serlo, tenemos el criterio externo que sugerí en 2020. Científicamente, para sustentar la obvia hipótesis, solo restaría comparar los resultados de estos bachilleres en el examen de ingreso UES con los que obtuvieron en la prueba AVANZO. En aquel entonces, la ex ministra declaró que: “cualquier intento de exonerar a los estudiantes de la prueba, es negarles el derecho de medir los aprendizajes propios que han alcanzado y que los proyecten hacia el futuro”. Se despotricó contra la PAES, pero parece que la realidad les está enseñando que medir bien no es tan sencillo como creyeron. ¿De qué sirve que la prueba AVANZO diga que los bachilleres están bien si, en verdad, no lo están?

Los expertos consultados en la misma nota sugerían, en vista de lo mal preparados que vienen los bachilleres, ¡que las universidades den clases de bachillerato a esos estudiantes! De lo contrario, fracasarán. Como todos los estudiantes corrieron la misma suerte que los bachilleres durante la pandemia, la misma lógica habrá de aplicarse a los demás años: los profesores de noveno grado que den clases de octavo; los de séptimo, de sexto; los de segundo, de primero. ¿Ya le llegó el meme que circula en redes sociales? “Cuidemos hoy de nuestra salud, porque en cinco años tocará consultar a los médicos que se formaron virtualmente durante la pandemia”. Reímos, pero es alarmantemente cierto.


Una llanta “pacha” es la mejor imagen que se me ocurre de nuestra situación en general y educativa en particular. Comparemos la prueba con un calibrador de llantas, en busca de hacer más comprensible la situación. Usted saldrá de viaje en un vehículo que no es suyo. Pasa a la gasolinera a cargar gasolina, revisar los niveles (agua, aceite, batería) y calibrar las llantas. El calibrador indica que anda “pachas” dos llantas. ¿Qué haría usted: largarse sin más para su destino o le hace poner aire a las llantas pachas? Si resultara que siempre pierden aire, ¿se iría de todos modos (“yo creo que llegamos”) o se ocuparía en hacer lo necesario para solucionar esa situación?


Es lo que nos pasa. Tristemente. No es culpa de este gobierno, no sé si será culpa de los anteriores. A los colegios, a las escuelas, a los directores y docentes sí les cabe alguna responsabilidad. En educación, hemos venido conduciendo con llantas pachas desde hace años. ¿Sirve de algo culpar a otros o es mejor buscar soluciones? Soluciones reales, no engañosas como AVANZO.

Las que se suelen considerar siempre apuntan a que otro haga lo que alguien no hizo: que los de universidad den contenidos de bachillerato; los de bachillerato, de Tercer Ciclo y así. A lo cangrejo, para atrás. Ojalá no tengamos que oír a ningún funcionario proponer lo que podría considerar una grande y nueva idea, consistente con la moda de los tiempos y brillante porque se le ocurrió a él: “lo que se aprende en bachillerato no sirve para la vida: mejor que pasen a la universidad de una sola vez, sin necesidad de educación media. Con ello el estado se ahorraría miles de millones de dólares que se podrían invertir mejor y mejoramos nuestros indicadores en educación superior”. ¡Dios no lo quiera!


Que cada quien asuma responsabilidad y haga bien lo que le toca hacer. Lo que realmente importa es inflar la llanta, evitar que se siga escapando el aire. Esto aplica para educación, pero ¿será que también puede decirse para otros aspectos de la realidad como el respeto a la Constitución y demás leyes, la transparencia de información, el uso de los fondos públicos y las prioridades de gasto, por mencionar algunas otras importantes áreas de la gestión pública?

Psicólogo

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Educación Opinión

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