La pregunta es crucial porque engloba el fin de la educación, es complicada porque depende mucho del punto de vista de la persona que la intenta contestar y es una cuestión que se discute poco - posiblemente porque requiere de espacios adecuados para traerla a la consciencia.
Partiendo del supuesto de que la persona educada es aquella que puede desenvolverse en una sociedad compleja, siempre cambiante y siempre retadora, en dos breves artículos se intentará construir una definición laica con insumos de culturas nórdicas, africanas, nahua y de la antigua Grecia. En este artículo se discuten elementos de las primeras dos.
Una persona educada requiere de perspectiva para navegar las aguas turbulentas de la sociedad. En países nórdicos, para desarrollar esta capacidad se hace uso del Bildung. Este término encierra una filosofía de vida que ha sido un concepto central en la educación desde hace 200 años. Paradójicamente, el concepto es “intraducible a cualquier otro idioma: Ni “educación”, ni “instrucción”, ni “capacitación”, ni “formación”, ni “crianza” se acercan siquiera a la ambición cultural en la semántica de Bildung” (Horlacher, 2014, p. 36). Es más bien una manera de pensar para poder tomar conciencia moral para formarse como ciudadanos y como personas autónomas (Andersen, 2021).
Para acercarse al concepto de Bildung es importante considerar dos tipos de conocimientos: unos fácilmente transferibles y otros difícilmente trasferibles. Los primeros incluyen al conocimiento cotidiano (ejemplos: cocinar, hacer manualidades, jugar al fútbol, cruzarse una calle o publicar en redes sociales) y al conocimiento académico, aquel que se incluye en los programas de estudio de estudios sociales, matemáticas, ciencias, lenguaje, etc. Este tipo de conocimientos se pueden transferir a las personas por medio de familiares, amistades, docentes, medios de comunicación tradicionales, libros, redes sociales, etc.
El otro tipo de conocimiento, poco transferible, se relaciona con el desarrollo moral y emocional. Tiene que ver con las aspiraciones morales, el sentido de responsabilidad y cuán profundas son las relaciones emocionales con los demás y nuestra cultura (Andersen, 2021). Este tipo de conocimiento proviene de la vida misma: de tener éxito, de fracasar, de cuidar a un familiar enfermo, de asumir la responsabilidad de cuidar a los hermanos pequeños o a los adultos mayores, de enamorarse y desilusionarse, de lograr algo importante en el estudio o el trabajo, etc. De todas estas experiencias se aprende mucho de sí mismo y de otras personas, pero es difícil transferir el conocimiento de la experiencia. Este tipo de conocimiento se construye a medida avanza la vida. Sin embargo, hay formas de acelerar el desarrollo de este tipo de conocimiento; por ejemplo, contar con buenos docentes, tutores, mentores, entrenadores, cultivar el arte, leer, aprender otro idioma, estudiar otras culturas, viajar, migrar, cambiar de trabajo, interactuar con personas que ven al mundo de una forma diferente, tener conversaciones profundas y respetuosas o intentar ver el mundo desde su perspectiva.
Para el Bildung, la persona se forma, crece y se desarrolla en ambos tipos de conocimientos dentro de un modelo de 7 dominios (Andersen, 2021): Producción, Tecnología, Conocimiento fáctico/ciencia, Ética, Narrativa, Estética y Poder político. Cuando uno de los dominios se desestabiliza (por ejemplo, el consumismo excesivo o lo problemas asociados a los avances tecnológicos), las personas formadas en Bildung pueden reconocer la situación, responsabilizarse y tomar las medidas pertinentes.
Para el Bildung, “entre más profundidad emocional, honestidad moral y fuerza ética hayamos adquirido a lo largo de los años, entre más determinación tengamos, más poder tenemos sobre nosotros mismos. Si vivimos lo suficiente, cometemos muchos errores y seguimos aprendiendo, todo esto puede convertirse en sabiduría” (Andersen & Nordic Bildung, 2019 y 2021, p. 17). Estos procesos son los que educan a la persona a lo largo de la vida.
Una forma de filosofía social humanista del sur de África agrega una dimensión emocional muy valiosa para poder definir a una persona educada. Bárbara Nussbaum (2003) explica que Ubuntu es un concepto cultural que asiste en la expresión de “compasión, reciprocidad, dignidad, armonía y humanidad en aras de construir y mantener la comunidad con justicia y cuidado mutuo”. Expresiones que manifiestan Ubuntu son, por ejemplo: Yo soy porque tú eres; Una persona es una persona a través de las otras personas (Umuntu ngumuntu ngabantu); Tu dolor es mi dolor; Mi riqueza es tu riqueza; Tu salvación es mi salvación. Un intercambio de saludos Shona, en Zimbabwe, se da de la siguiente manera: “¿Marara sei? (¿Cómo ha estado su día?) Ndarara, kana mararawo. (He tenido un buen día si su día ha estado bien)”.
Ubuntu se aplica para crear conexiones en las comunidades o sanar aquellas fragmentadas, desde el hecho que a recién casados un vecino se les preste una vaca y un toro y solamente los recupere cuando hayan tenido cría, hasta en los informes nacionales - como en el caso sobre el diálogo liderado por la Comisión de Reconciliación al Servicio de la Sanación Mutua en Sudáfrica cuando el apartheid llegó a su fin.
Bildung y Ubuntu son dos conceptos, que ciertas sociedades han desarrollado para ‘educar’ a las personas con el fin de que puedan desenvolverse en una sociedad compleja, cambiante y retadora. En la siguiente entrega, una vista a las filosofías mesoamericanas precolombinas de habla náhuatl y de la antigua Grecia, enriquecerán la construcción de esta visión.