Por Pocas veces se ha dirigido la mirada hacia la salud mental del personal de salud. Pareciera que somos invencibles, que somos personas sin ninguna falla tanto en nuestras vidas personales como en nuestra vida profesional; sin embargo, es momento de hacer un alto en el camino y abordar un tema que lo que menos tiene es de tabú. Lamentablemente poco o nada se ha hecho con la tragedia que azotó a la humanidad como fue la pandemia del covid, y fue el personal de salud la primera línea de batalla que enfrentó a tan letal virus y básicamente fuimos sometidos y arrasados por el virus; sin embargo no debemos olvidar que a pesar de que los que ganamos la batalla perdieron a amigos, a enfermeras con las cuales laboraban por largas jornadas.
Debemos preguntarnos ¿cómo nos afectó la pérdida de nuestros compañeros de trabajo? ¿Cómo pudimos superar el altísimo nivel de estrés que se manejaba esos días? ¿Qué ha pasado con las familias, con los hijos, con las madres que perdieron al ser querido?
No se trata de pasar la página, el dolor vivido insuperable y, sin temor a equivocarme, todas las personas que estuvimos en esa fatídica primera línea de una u otra forma adolecemos de cuadros depresivos, ansiedad, insomnio y más trastornos que en el diario vivir no les prestamos atención cuando es un imperativo que el personal de salud reciba un abordaje sobre su salud mental.
No hay una tan sola diferencia con personas que no pertenecen al personal de salud; desde años se han tenido casos de colegas que llegan hasta el suicidio como una medida extrema ante una situación personal que los acorrala.
Me pregunto ¿qué puede llevar a un médico a buscar tal alternativa? ¿Pudimos captar alguna señal de alarma para poder brindar el apoyo necesario? ¿Qué acaso no es importante la vida de un miembro del personal de salud para dar todo el apoyo necesario?
Los tiempos han cambiado, una enfermedad mental no debe ser un misterio; al contrario, los consultorios de los especialistas en salud mental lucen abarrotados, señal inequívoca de que el común ciudadano es sometido a diario a factores estresores como es el tráfico, el alto costo de la vida y, por ende, nadie está exento de adolecer de una depresión severa, de cuadros de ansiedad y que sirvan estas líneas para que todos los que formamos parte del personal de salud que aun, estando expuestos a tantos factores externos.
Seamos los primeros en advertir alguna señal de algún trastorno psiquiátrico que uno de nuestros compañeros presente, ser los primeros en ser ese tutor que le brindará soporte e inmediatamente que reciba el abordaje terapéutico adecuado.
Debemos de trabajar como un verdadero equipo de trabajo y ser propositivos, entender que todos los que formamos parte del personal de salud lo único que deseamos es dar lo mejor de nosotros para que el paciente que nos busca, reciba la mejor atención médica posible y entonces, con una visión de equipo volcarnos en brindar la ayuda oportuna que uno de los nuestros necesita.
Dejemos a un lado las frías estadísticas y démosle calor a nuestra diaria labor para que, todo aquel miembro del personal de salud que necesita recibir ayuda especializada en salud mental, se le dé lo mejor y deben las autoridades brindar charlas por especialistas para conocer las señales de peligro y así poder servir en una forma rápida y oportuna al colega, a la enfermera, a cada miembro del personal de salud pues el trastorno mental no solo afecta a una persona sino que se da un efecto dominó que termina aniquilando al grupo familiar.
Debemos cuidar la salud mental tanto de nuestros pacientes como de todos los que formamos parte del personal de salud para que tengamos una sociedad sana, solidaria y fraterna.
Médico.