La palabra gobernabilidad no aparece en el diccionario de la RAE porque fue inventada por el bukelismo, para justificar sus acciones en estoy años de gobierno cyan. La acuñó el Presidente de la Asamblea tras el anuncio de Bukele el 15 de septiembre de reelegirse. Ha sido utilizada por muchos funcionarios, en diferentes circunstancias, pero siempre para defender lo indefendible y mancillar la Costitución.
Para dar gobernabilidad a Bukele, en su primer día los diputados de NI destituyeron, sin tener la potestad para hacerlo, al Fiscal General de la República y a los magistrados de la Sala de lo Constitucional, cuyo período no había terminado ni existían las causales que la Carta Magna establece para una destitución. Acto seguido, eligieron a un fiscal a su medida y a los magistrados adecuados para cumplir las órdenes del mandatario. Por su posterior desempeño en el Salón Azul, es obvio que los nuevos diputados no tenían la capacidad para llevar a cabo el proceso de elegir a funcionarios de segundo grado: Estaban allí para recibir órdenes.
Para NI gobernabilidad significa dar un cheque en blanco al mandatario para que él pueda hacer lo que se le antoje, gracias al control obtenido destruyendo a los tres poderes del Estado, para convertir a sus funcionarios en simples servidores, no de la Patria ni del pueblo soberano, sino del que manda desde el Ejecutivo.
Así entró en vigor la Ley del Bitcoin, sin discusión alguna por parte de los diputados, porque por gobernabilidad, no hay necesidad de leer, estudiar y menos discutir las órdenes del Ejecutivo, solo apretar lo botones. Han humillado a los diputados de la oposición, muchos de ellos con más capacidad y preparación que los cyan. También fue necesario declarar reserva sobre el uso de fondos públicos, lo que les permite manosear el presupuestos y cambiar a discreción el destino de los recursos.
La gobernabilidad permitió dar el tiro de gracia al Centro de Ferias y Convenciones para convertirlo en la fachada de un hospital, un cascarón sin el equipo y las instalaciones necesarias para un nosocomio. También se les quitó a los alcaldes el FODES a que tenían derecho por ley, dejándolos en condiciones de lipidia, que no les alcanza para pagar los sueldos de sus empleados. Pero el pueblo ciego e ignorante, le echa la culpa a los ediles, sin darse cuenta que la orden de usurpar esos fondos vino de Bukele.
Por gobernabilidad se creó la DOM, una mega institución para realizar obras en 262 alcaldías, que ha iniciado múltiples trabajos, anunciados con gran publicidad, pero nunca finalizados. Se liquidó el FISDL, el INSAFORP, la DIGESTIC, y otras instituciones que con los años se habían ganado el prestigio y admiración de los ciudadanos. Por gobernabilidad, sus presupuestos pasan al Fondo General de la Nación para ser usados para lo que determine el mandatario, que no tiene por qué dar cuenta a nadie, ya que a tiempo se silenció el IAIP para que los que pagamos impuestos no sepamos “por qué el dinero no alcanza”
No hay espacio para enumerar todo que se ha hecho en estos años en nombre de la gobernabilidad, pero una de las más peligrosas decisiones ha sido la de suprimir los 262 municipios y disminuir el número de diputados, luego de haber derogado la ley que prohibía realizar cambios en el año previo a las elecciones, y otra que castiga con cárcel a los que se opongan a la inscripción de un candidato. Se inventó la gobernabilidad para allanar el camino para una reelección prohibida por la Constitución que Bukele y sus funcionarios han mancillado convirtiéndose así en traidores a la Patria.
Maestra.