Existe un valor universal de suma importancia (podríamos decir esencial) llamado: respeto, por cierto, bastante carente en la actualidad entre los distintos círculos de la vida: familiar, social, escolar y laboral.
Al analizar bajo la lupa, la situación frustrante de maltrato físico, verbal y emocional en los menores de edad, titulado “bullying”, podemos afirmar de modo claro que los niños que vejan a otros son los autores principales o mejor dicho “la raíz” de enfermedades emocionales, que muchas veces conllevan a padecimientos somáticos de otros niños.
Una institución no puede formar ni educar a totalidad a un infante¨, sino que es un complemento en su desarrollo personal y comunitario, para su posterior desenvolvimiento en la edad adulta. Los padres o el familiar encargado del niño deben instruirle en que todo ser humano merece ser respetado, independientemente de sus orígenes, tipo de piel, apariencia física, condición económica, ni mucho menos respecto a marcas o elementos materiales que erróneamente podrían definir el supuesto valor de la persona.
Es urgente enseñarle a los hijos que tanto ellos como sus compañeros tienen que ser tratados con el mismo grado de respeto y atención. Enséñele que su hijo no es más que el otro, catequícelo en que la burla, el grito y el insulto lacera la salud del otro; establezca límites firmes y consistentes sobre el comportamiento agresivo e hiriente.
El tener un bajo peso o sobrepeso, utilizar anteojos, ropa más holgada, ser aplicado o aplicada y salir bien en sus deberes escolares, ser tranquilo (a), ser o no introvertidos, callado (a), sensibles, generosos o incluso muy educados, no le da ningún derecho en absoluto a ningún otro niño o persona de provocarlos o dañarlos; al contrario, son cualidades valiosas que al no verse ellos reflejados, arremeten contra otros, descargando sus defectos, frustraciones y demás emociones que al otro no le compete recibirlas, menos sufrirlas.
A las instituciones educativas, padres o encargados de familia hay que hacerles un llamado a poner en práctica estatutos que reprendan a las personas que marginen o cometan ¨bullying¨ contra otros menores de edad, debido a que si no frenamos este mal, veremos hijos enfermos, deprimidos, aislados y traumatizados. Ya es momento de tomar acción, no se quede sentado (a) ni neutral, iNO!, aquí no hay que ser neutrales, aquí hay que ser justos y correctos y escarmentar a los autores responsables de la angustia y la dolencia inmerecida, inexplicable e injustificada de otros niños y personas.
Licenciada en Ciencias de la Comunicación/sca100@hotmail.com