Me pregunta una señora que viaja todos los días desde Ahuachapán a Antiguo Cuscatlán, unos 350 kilómetros en la ida y vuelta desde su casa hasta su trabajo: ¿por qué hay tantos accidentes?
Fíjese, me dice, entre fallecidos y heridos, nadie salió ileso, un bus completo que llevaba a los miembros de una iglesia “se” accidentó. Iban a sepultar a un feligrés que los parientes querían enterrar en su cantón. Imagínese el miedo de las personas cuando vieron que el bus se iba a accidentar y que podían golpearse o morir. Y al momento del accidente, la gente tratando de salir entre los heridos y los fallecidos… ¡Dios mío, qué horrible! ¡Dios me guarde de un accidente como ese a mí y a todos los que venimos de tan lejos a trabajar para mantener nuestros hogares.
Bien…Y yo le paso la pregunta a usted, estimado amigo lector… ¿Por qué y desde siempre hay tantos accidentes en nuestro querido país?
Leyendo lo que opinan los sobrevivientes, que no es el resultado de una investigación técnica, del funcionamiento y mantenimiento del autobús, el conductual del motorista y de las condiciones físicas del entorno, investigación, que no sé si ya se hizo o si se hará, pues por la gravedad del accidente amerita realizarse y concluir medidas preventivas, que quizás por los tantos fallecidos y heridos, la gente las lea.
Es posible que en un evento tan trágico haya varios involucrados. El organizador del viaje, el dueño del bus, el motorista, las condiciones de la carretera.
Los sobrevivientes dicen, que el bus “cogió” velocidad y “le” fallaron los frenos. Que el motorista no tenia mucha experiencia y que en la curva con pendiente el bus se inclinó hasta volcar y que en el lugar había trabajadores del cableado.
En todo caso, un accidente siempre es causado por una serie de variables que en unos segundos coinciden al mismo tiempo en su condición negativa. Aquí, la sobrecarga, la pendiente, la curva, los frenos, la experiencia del motorista, los trabajadores del cableado, el estado de la carretera, el estado emocional del motorista, el cuidado o descuido de la condición mecánica del bus por su dueño.
Y la siguiente cuestión es preguntarnos si El Salvador es un país seguro pues los salvadoreños que circulamos por nuestras calles y leemos las noticias, vemos todos los días accidentes de motos, vehículos livianos y pesados, incluso personas atropelladas y las tantas cosas de violencia que se publican en las noticias.
Y no hay que ser muy listo para entender que de “seguridad integral”, como la suma de la seguridad social, la seguridad ciudadana, la seguridad vial, la seguridad constitucional, la seguridad nacional y otros factores que nos hacen sentir seguros, estamos como país, muy atrasados y nos falta mucho por hacer, para calificarnos de país seguro. Y que no son solo las autoridades quienes tiene que garantizárnosla, sino principalmente cada uno y la forma como nos conducimos. Desde cómo atravesamos una calle, el respeto a las señales de tránsito y a otros que tienen igual derecho que nosotros a circular por las calles y carreteras.
Al final, creo que la mayor parte de las investigaciones de accidentes pequeños y grandes, con golpeados y fallecidos, terminaría siendo, la falta de precaución, la irresponsabilidad, el irrespeto a todo y principalmente, “el desamor por la vida propia y la de otros”
Quizás los sicólogos, siquiatras, antropólogos y sociólogos puedan investigar, si aquí el “desamor por la vida” puede ser la causa más profunda de tanto accidente de tránsito. ¿Usted qué piensa?
Ingeniero / pedroroque.net
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