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Carta a los que aún no se han despertado: La pesadilla es real

Con estas dos reformas inconsultas quedarán extremadamente debilitados y posiblemente eliminados varios de los componentes esenciales de la transición democrática que vivió El Salvador: el pluralismo democrático es sustituido por un centralismo autoritario en un régimen unipartidario, y la autonomía municipal por un centralismo burocrático.

Por Paolo Luers
Periodista

Estimados ciudadanos:

Vamos a un régimen de un solo partido. Los otros partidos pueden seguir existiendo de adorno, pero de facto el sistema político será unipartidario. Incluso unipersonal, dado el carácter de Nuevas Ideas y su mesías.

La Asamblea quedará reducida a 60 diputados. Cinco departamentos quedarán con solo 2 diputados. Se aplica un nuevo método, llamado D’Hondt, para calcular la distribución de las diputaciones entre los partidos. Ya no se tomarán en cuenta los residuos de votos para asignar diputaciones. El conjunto de estos cambios tendrá el efecto de favorecer a la fuerza mayoritaria y reducir la representación de las fuerzas minoritarias.

Todo este paquetazo quedó formalizado en la madrugada del miércoles. Como ya es costumbre de esta Asamblea, con dispensa de trámite, sin pasar por estudios en una comisión, sin discusión, incluso sin que los diputados (incluyendo los oficialistas) conocieran y entendieran la complicada materia, sobre la cual legislaban.

¿Cuántos de los 66 diputados, que aprobaron la reforma, entienden la matemática detrás de el método D’Hondt y el método Hare, que anteriormente se aplicó en El Salvador? Yo diría: ninguno. Tampoco les importa. Lo único que sabían -porque así les mandaron a decir desde Casa Presidencial- es que de esta manera iban a joder a la oposición y garantizarse a mantener para siempre el control absoluto de la Asamblea – y por tanto del poder judicial y de las demás instituciones.

Los fieles apretabotones votaron sin tener conciencia que esta medicina que iban a aprobar para joder a la oposición resultará igual de tóxica para ellos mismo. Muchos de ellos, incluido diputados de Nuevas Ideas, votaron por su propia remoción – y los partidos Gana, PCN y PDC cometieron suicidio colectivo, sin darse cuenta que la eliminación de las diputaciones por residuo y la remoción del tercer diputado en cinco de los departamentos significaban su muerte política. No entendieron que el poderoso presidente, una vez todopoderoso, ya no tendrá ningún uso para parásitos como Gallegos, Salgado, Carballo y Cardoza. No que alguien los va a extrañar...

Los diputados oficialistas van a completar su tarea aprobando también la reducción de los municipios – de 262 a 44. Será otro suicidio de los partidos, sacrificando a cientos de sus propios alcaldes, síndicos, concejales. Y abandonando a decenas de miles de sus votantes, que quedarían aun más marginados de las decisiones en un sistema de máxima concentración de poder.

Con estas dos reformas inconsultas quedarán extremadamente debilitados y posiblemente eliminados varios de los componentes esenciales de la transición democrática que vivió El Salvador: el pluralismo democrático es sustituido por un centralismo autoritario en un régimen unipartidario, y la autonomía municipal por un centralismo burocrático.

Juntas con el desmontaje ya consumado de la independencia judicial; con la militarización de la Seguridad Pública y el regreso de la Fuerza Armada a la política; con la erradicación completa de la transparencia de las política públicas y los fondos estatales, quedará armada la estructura completa de una dictadura.

Todo esto no es razón para resignarse. Es razón para apostar a una oposición unida, profundamente democrática y plural, para defender el Estado de Derecho en las elecciones del 2024. Si los partidos parásitos van al suicidio, no hay ninguna razón que la oposición también se suicide, hundiéndose en resignación, abstención y en última instancia, antipolítica.

Esto es tal vez la última llamada de advertencia.

Saludos

Paolo Lüers

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Diputados De Bukele Opinión Reducción De Municipios

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