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Carta a los colegas periodistas: Cuidado con la trampa cazabobos

Lo más probable es que sí son clicas fantasmas. Inventadas por Inteligencia Policial para asustarnos y convencernos de que el gobierno no puede bajar la guardia, no puede levantar el estado de excepción, no puede todavía restablecer los derechos civiles – y que tiene que seguir capturando a jóvenes en los barrios marginales de los pueblos y las ciudades.

Por Paolo Luers
Periodista

Estimados amigos:

¿Cuál es el problema que tiene el gobierno hoy en día con su estado de excepción permanente?

¿Es su problema hacer creer a la gente que hoy, a 16 meses de régimen de excepción y con 70 supuestos pandilleros encarcelados, hay más seguridad? No. Todo el mundo está convencido – y no por la incesante propaganda oficialista que lo repite, sino porque la gente lo ve, lo siente, todos los días.

¿O es su problema hacer creer que todavía se necesita mantener el régimen de excepción por tiempo indefinido? Sí, este es el problema que enfrentan. Se refleja en las encuestas, donde hay una gran mayoría que certifica que la guerra contra las pandillas ha creado más seguridad - pero solo la mitad de esta mayoría hace caso omiso a los ‘costos colaterales’, como los llama el presidente, que causa el estado de excepción: miles de inocentes encarcelados; falta de garantías de un juicio justo; miedo a los abusos de los agentes de seguridad y militares.

¿Qué hace en esta situación un gobierno, sobre todo cuando ha adquirido alta capacidad en asuntos de desinformación y manipulación? Manda, por ejemplo, a miembros de su servicio de Inteligencia Policial, a elaborar informes secretos, que indican que todavía operan en el país “54 grupos de pandillas con aproximadamente 43,000 pandilleros que sigan en libertad”. Ponen a los operativos de Inteligencia a elaborar, como saben hacer desde décadas, estos informes hasta con dibujitos, aparte de mapas, galería de fotos y organigramas. Luego les mandan a filtrar estos informes a algún periodista. No a un periodista amigo del gobierno o pagado por el gobierno – esto no tendría sentido, ya que no tiene credibilidad. No, hay que filtrar los informes a un periodista o a un medio crítico al gobierno y sus políticas de seguridad. Alguien que va a estar contento de usar estos informes secretos porque “contradicen el discurso triunfalista que funcionarios de gobierno manejan sobre los resultados obtenidos luego de 18 meses bajo el régimen de excepción con el cual se ha conculcado derechos constitucionales a los salvadoreños.”

De hecho contradicen el discurso triunfalista del gobierno, ¿pero qué importa? La gente no necesita discursos para creer en el éxito de la guerra contra las pandillas, solo tiene que salir de noche a la calle en su vecindario para darse cuenta que hay más seguridad, menos peligro, un renacimiento de la vida social.

Dicen los informes secretos de la Inteligencia Policial, filtrados directamente o indirectamente a la prensa y publicados por ella, que todavía operan en el país 54 clicas con 43 mil pandilleros. Según estos datos serían clicas con un promedio de 796 miembros. Serían 54 batallones enteros. Un ejército. Uno se pregunta: ¿Qué significa que estos batallones están 'operando'? No hay reportes de homicidios. No hay reportes de asaltos. Ningún puesto de policía ha sido atacado. Ninguna patrulla militar ha sido emboscada. El gobierno dice que las extorsiones se han reducido a un mínimo. ¿Qué diablos hacen estos batallones de criminales, operando sin huella, sin víctimas? ¿Son clicas fantasmas?

Lo más probable es que sí son clicas fantasmas. Inventadas por Inteligencia Policial para asustarnos y convencernos de que el gobierno no puede bajar la guardia, no puede levantar el estado de excepción, no puede todavía restablecer los derechos civiles – y que tiene que seguir capturando a jóvenes en los barrios marginales de los pueblos y las ciudades.

El SIP -Sistema de Inteligencia Policial- tiene larga trayectoria de usar ‘informes secretos’ para usos políticos. Cuando el comisario Edgar Lizama fue nombrado jefe del SIP por Manuel Melgar, el primer ministro de Seguridad de Mauricio Funes, y Eduardo Linares  jefe del OIE, tres cuadros duros del FMLN contralaban el aparato de Inteligencia. Lizama mandó su al SIP elaborar una serie de ‘informes secretos, convenientemente filtrados a la prensa, en los cuales metieren en organigramas del crimen organizado a todos los políticos y empresarios considerados enemigos políticos. El más absurdo fue un informe, con el cual querían desacreditar al general y ministro de defensa, luego de seguridad, David Munguía Payes. Lo pusieron como cabeza de un organigrama del crimen organizado y debajo de él, como lugartenientes, a Rodolfo Parker, a la excomandante Ana Guadalupe Martínez, a Herbert Saca y a algunos prominentes empresarios. La técnica era las misma que la que usan hoy: dar a algún periodista la primicia, filtrándole el "informe".

Parece que el SIP de hoy sigue con las mismas mañas. Así que, colegas, cuidado con los informes de inteligencia que traten de filtrarles para que los publiquen, pueden ser trampas de bobos. Siempre pregúntense: ¿Qué quieren lograr dándome esta información? Y cuando alguien ya lo ha publicado, cuidado con reproducirlo y darle megáfono a las maniobras de desinformación cocinadas en el SIP o el OIE.

Saludos,

Paolo Lüers

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