Estimados amigos:
Reorganizar los municipios y reducir su número es una buena idea. Pero no confundan esto con una “Nueva Idea”, así como se la sacó de la manga el presidente Bukele, anunciando en Twitter que va a reducir las 262 alcaldías del país a 50.
Sobre una reorganización territorial que haga sostenibles los municipios y sus gobiernos y que facilite el desarrollo social de todas las regiones del país ha habido estudios, debates y propuestas, algunas elaboradas con sistemática participación de los liderazgos sociales, económicos y políticos locales. El día jueves, Sandra de Barraza publicó una columna, en la cual nos recordó del trabajo que sobre el tema hizo la Comisión Nacional de Desarrollo, que ella presidía. Sus advertencias:
“Es fundamentada la necesidad de un reordenamiento territorial para fortalecer la democracia y asegurar eficacia administrativa”.
“Requiere investigación, objetividad y realismo”.
“Reordenar exige participación pluralista para viabilizar cualquier propuesta y asegurar que los intereses político partidarios se someten”.
Conclusión: ”No puede salir de la manga”.
La ‘nueva idea’ de los 50 municipios obviamente salió de la manga, otro ejemplo de la improvisación con la cual este presidente se pasa encima de estudios, consultas y debates públicos.
Se puede hacer el reordenamiento territorial con dos finalidades opuestas: para centralizar aún más el poder en manos del gobierno central, destruyendo la autonomía local – o para descentralizar el Estado y fortalecer la autonomía de los municipios, haciéndolos sostenibles. Bukele, en vez de consolidar la sostenibilidad de los gobiernos locales, la cual les permita hacerse cargo de impulsar el desarrollo social económico y cultural, está haciendo todo lo posible para debilitarlos, desfinanciarlos y quitarles competencias.
No hay que permitir que se haga el reordenamiento territorial de manera improvisada, arbitraria, con intereses partidarios-electorales, en vez de retomar todos los estudios hechos, actualizarlos y consensuar con los liderazgos locales una distribución del territorio en regiones, departamentos, municipios.
Esta reforma tiene que fortalecer la descentralización, la autonomía municipal, el pluralismo, la diversidad cultural. Por lógica terminaría en una reducción de los gobiernos locales, pero no deben desaparecer los pueblos y sus identidades culturales, históricas y sociales. Igual que el Estado tiene que descentralizarse para ser plural y democrático, así los nuevos municipios consolidados.
Una reforma de este tipo es demasiado importante y compleja para sujetarla a las ocurrencias de un presidente y sus intereses de consolidar su poder. Esto, o se hace como se debe, de manera consultiva y basado en estudios, o terminará siendo otro paso en el camino de desmontar la democracia.
Pónganse las pilas, cada uno en su municipio, pero también articulando un movimiento nacional en pro de una reforma territorial que fortalezca la autonomía municipal. Sólo con municipios autónomos, fuertes, eficientes y sostenibles habrá desarrollo local. Por eso necesitamos un reordenamiento territorial y por esta misma razón necesitamos que se dé un paso a la descentralización del Estado.
Saludos, Paolo Luers