El alza imparable de los combustibles también está pasando factura a los transportistas de carga internacional y ese costo al final llegará al bolsillo de los consumidores.
Raúl Alfaro, presidente de la Asociación de Transporte Internacional por Carretera (Astic), expone la presión que están experimentando en el sector, debido a los constantes incrementos del diésel y la gasolina, pero además por la baja demanda de servicios para trasladar mercaderías y problemas sin solucionar en las fronteras centroamericanas.
El dirigente explicó que para movilizar un trailer se requieren de 300 galones de combustible (150 galones por cada tanque), lo que equivale a un gasto de $1,500 por cada unidad de transporte.
Esos costos, reitera Alfaro, los tienen que trasladar a los consumidores, pero ven que hay resistencia a pagar más por el servicio, por lo que no solo les negocian rebajas, sino que buscan quien les cobre menos y eso está difícil debido al encarecimiento de los combustibles.
“Hemos resentido una baja en los servicios de fletes, la demanda ha bajado por costos, por falta de materia prima por el tema de los contenedores; muchos han dicho: no tengo materia prima, gente que acostumbra sacar un flete semanal se le han hecho dos viajes en el año nada más”, indicó Alfaro este jueves durante entrevista en el programa Frente a Frente.
Agrega que hay una sobreoferta de camiones para la demanda de mover mercadería que tienen en este momento, ya que muchos clientes no tienen productos o materias primas para trasladar. Explica que han resentido un bajón de un 40% de servicios ofrecidos desde diciembre pasado y que muchos transportistas están disponibles porque no tienen carga que movilizar.
Ante los altos costos de los combustibles, entre otros temas, el presidente de Astic afirma que han pedido audiencias al Viceministerio de Transporte (VMT) pero no han sido escuchados y tampoco les han convocado a reuniones, como ha sucedido con dirigentes de transporte público.
Alfaro aclara que, a diferencia de los transportistas de buses y microbuses, los de transporte de carga no son subsidiados, ni concesionarios del servicio que ofrecen.
Sin embargo, sí le piden al presidente Nayib Bukele que les escuche y que se tomen medidas para paliar la crisis que están pasando diferentes sectores productivos del país, debido a las alzas de precio no solo de los combustibles sino de las materias primas.
En sentido, reiteró que ya han planteado medidas paliativas como congelar el cobro del IVA en los combustibles, pues eso les ahorraría un promedio de $0.30 centavos por galón y eso haría bajar un poco los costos de los fletes.
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Según los últimos precios anunciados esta semana, el diésel refleja un incremento más fuerte, pues subió entre $0.25 y $0.26 por cada galón. Por ejemplo, en la zona central del país estará costando $4.24; en el occidente $4.25 y en oriente $4.28.
Mientras que la gasolina regular, cuya alza fue de $0.21, en la zona central ha llegado a los $4.43, en occidente a $4.44 y en el oriente del país a $4.47.
En el caso de la gasolina superior la variación fue de $0.23, por lo que el galón en la zona central está costando $4.59, en occidente su precio se elevó a $4.60 y en la zona oriental llegó a $4.63.
Problemas en fronteras
Otro problema que se les suma a los altos costos del diésel y la gasolina es que hay fuertes atrasos en las fronteras para cruzar con las mercaderías, explicó Alfaro.
Indicó que muchas veces tienen que esperar hasta más de 24 horas para cruzar y que eso no solo pasa en El Salvador. Sin embargo, sí mencionó que en la frontera El Amatillo están teniendo atrasos hasta para pasar con camiones vacíos.
"Hay un controlador de los camiones, pero a la hora de almorzar se va y deja la cola; hay colas de 6 o 7 kilómetros para llegar a la frontera", relató.
Admitió que muchas veces los atrasos son porque los conductores no llevan los documentos completos, pero en otras es por la lentitud de los empleados de aduanas.
Agregó que también ahora están pagando más por parquearse en la frontera, cuando el atraso no depende de ellos, lo cual les costaba $1, pero ahora les están cobrando $3 por las 12 horas.
“Hay una nueva estructura en El Amatillo, que he pedido que nos incorporen a las pláticas para hacer un procedimiento aduanero, porque tenemos procedimientos de hace más de 20 años y esos no han cambiado”, señaló.
Ejemplificó que para ir a Costa Rica, a 900 kilómetros, se tardan hasta 5 días para llegar. "Eso es carísimo y eso no lo quiere entender ningún director de aduanas que ha llegado. Hay un enjambre allí nebuloso, no cambian los procesos”, agregó.
Por ello, sugirió digitalizar los procesos, es decir llevar documentos digitales, mediante un código QR, que compruebe que están pagados los impuestos y pasar rápido, en menos de 5 minutos.
“Los precios caros del diésel merman nuestros servicios; las dificultades para pasar una frontera, encarece todo, entonces ya no se puede abaratar el flete si todo es caro", remarcó.
Comentó que un flete a Costa Rica hoy cuesta $1,600, pero si pudieran asegurar que van con carga y regresan con carga, podría costar $1,000 aún con la gasolina cara. "Pero ni con el costo actual es rentable, porque conseguir carga allá me puede tomar 21 días para regresar al país. Eso implica que no se puede hacer 2 viajes en el mes para ganar unos $4,000, materialmente es imposible”, opinó.