El Fondo Monetario Internacional (FMI) comunicó su intención de retomar las negociaciones con Sri Lanka para un programa de rescate urgente, una vez se resuelva la crisis institucional que atraviesa la isla tras la dimisión de su presidente, Gotabaya Rajapaksa.
"Esperamos una resolución que permita retomar el diálogo sobre un programa de apoyo del FMI", afirmó el portavoz del ente financiero, Gerry Rice, en una declaración de vídeo publicada el viernes en Twitter.
Sri Lanka atraviesa la peor crisis económica desde su independencia del Imperio Británico en 1948 y negocia actualmente con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un programa de rescate que le permita restaurar la estabilidad fiscal.
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Sin embargo, la ausencia de un Gobierno tras la dimisión de Rajapaksa el viernes y la designación como presidente interino del hasta ahora primer ministro, Ranil Wickremesinghe, impide el avance de las conversaciones con el FMI, retrasando la firma de un posible acuerdo.
Tras la última visita oficial del FMI a la isla durante la última semana de junio, Wickremesinghe anunció que confiaba en poder oficializar el rescate a finales de julio, pero el estallido de una nueva crisis política hace imposible cumplir con esas previsiones.
Las autoridades esrilanquesas observan esta ayuda financiera del FMI como la única vía de escape para solventar la crisis económica.
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Durante su estancia en Colombo, el FMI pidió a Sri Lanka reformas fiscales urgentes para poder optar a un programa de rescate, y señaló los elevados niveles de inflación o las presiones de la balanza de pagos como dos de los principales desafíos para atajar la crisis.
Reducir la corrupción o emprender reformas que mejoren el crecimiento fueron otras de las prioridades destacadas por el FMI.
El país isleño sufre desde hace meses escasez de medicamentos, alimentos y combustible, provocada en parte por el gran endeudamiento, erradas políticas gubernamentales, y el impacto de los atentados de Pascua y la pandemia en el turismo.
Con las reservas internacionales marcando mínimos históricos y la decisión de suspender los pagos de su deuda exterior el pasado abril, Sri Lanka se acercó al FMI en busca de una línea de crédito para restaurar la estabilidad fiscal, al tiempo que intenta alcanzar acuerdos con sus prestamistas para la reestructuración de la deuda.
Sin embargo, la complicada situación que vivía la isla, con miles de personas exigiendo desde marzo la dimisión de Rajapaksa por su gestión de la crisis económica dificultaron desde el comienzo el avance de las negociaciones.