La situación económica en Estados Unidos empeora, ya que el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos volvió a contraerse por segundo trimestre consecutivo y entraría en un terreno que los economistas definen como recesión.
La contracción del 0.2 % de la mayor economía mundial en el segundo trimestre del año disparó todas las alarmas no solo entre los estadounidenses, sino en los países que dependen de su economía, como El Salvador.
Esta nueva contracción económica de Estados Unidos ocurre en un contexto de inflación desbocada y de crisis global derivada de la guerra de Ucrania, por lo que su impacto sería de grandes dimensiones, según advierten expertos.
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Economistas y exportadores salvadoreños señalan que tanto las remesas como las exportaciones pueden verse afectadas con este freno económico de la economía estadounidense.
“Estamos considerando todo eso, porque aunque la exportación crezca en valor, en buena parte gracias a la inflación, y eso ha estado bien; pero también hemos indicado que si la situación en Estados Unidos se pone seria, en el sentido de tener una recesión, la demanda no será la misma y principalmente con productos que no son tan necesarios como textiles, calzado, productos de uso decorativo”, explicó Silvia Cuéllar, directora ejecutiva de la Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport).
Rommel Rodríguez, investigador del área de macroeconomía de la Fundación para el Desarrollo (Funde), destacó que “una recesión tendría un impacto significativo, ya que Estados Unidos es uno de los principales destinos de nuestras exportaciones, pero también fuente de recursos como las remesas. Creo que esto queda más evidenciado con la crisis de 2008, pues el impacto se dio solo que con cierto rezago en el tiempo, traduciéndose en una economía local lo cual tuvo un fuerte deterioro de los ingresos tributarios”.
Para la directora ejecutiva de Coexport, que el país norteamericano se vea frenado en su economía no solo afecta a El Salvador, sino a toda la región centroamericana, que en conjunto suman las mayores compras a El Salvador.
“Entre Estados Unidos y la región suman más del 85 % de las exportaciones que realiza El Salvador y si se ve afectado Estados Unidos en su crecimiento, pues afecta a toda la región tanto en exportaciones como en remesas”, agrega Cuéllar.
En lo que va del año, entre enero y junio, El Salvador ha vendido a Estados Unidos $1,467 millones, según datos del Banco Central de Reserva (BCR).
Y a pesar que, como explica Cuéllar, actualmente los exportadores están cubiertos, ya que trabajan con anticipación, podría verse alguna baja en unos dos meses.
A esto se la suma que el precio de los fletes siguen altos, ya que con la pandemia un flete que costaba $2,000 subió a $20,000 y aunque este año comenzaron a bajar siguen siendo altos, señaló la representante de los exportadores.
“Un flete para Estados Unidos bajó a los $8,000, pero luego subió de nuevo a unos $12,000… hoy baja, mañana sube y eso también afecta los costos de operación”, dijo Cuéllar.
Menos dinero en los bolsillos
En cuanto a las remesas, la consecuencia de una recesión no es solo que salvadoreños en Estados Unidos tengan que reducir los montos de envío a sus familias debido al alto costo de la vida, sino que además pierdan sus empleos, explicaron economistas salvadoreños.
Rodríguez no cree que haya una caída tan abrupta en las remesas, “pero al menos sus tasas de crecimiento tan altas que habíamos visto meses atrás (sí), ya que vemos que cada vez se van moderando”.
Según datos del BCR, en junio de este año ya se vio una disminución respecto al mes anterior de $68.98 millones menos.
Eso se podría explicar en que Estados Unidos también ha enfrentado alzas en la inflación; en junio alcanzó un nuevo máximo histórico al llegar al 9.1%, el mayor desde hace cuatro décadas.
El economista y ex presidente del BCR, Carlos Acevedo, dijo que ve un panorama complicado tanto para Estados Unidos como para El Salvador. “Menor crecimiento de Estados Unidos significa menos remesas para el país y menos exportaciones nuestras hacia Estados Unidos”, opinó.
Señaló además que esto genera menos empleo y menos dinero en los bolsillos, cuando las cosas están mas caras. Acevedo advirtió que toda esta coyuntura “aumentará el numero de pobres y también aumenta la gente que pasa hambre”.
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¿Qué dicen en EE.UU?
El Gobierno de Joe Biden insiste en rechazar la idea de una recesión, pues se aferra a otros datos como el empleo y arguye que ésta es solo una guerra semántica.
“La mayoría de los economistas y de los estadounidenses tienen una definición similar de recesión: pérdidas sustanciales de empleos y despidos masivos. (…) No es lo que vemos en este momento”, sostuvo ayer la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, tras conocer los datos de la contracción económica.
Aunque expertos consultados por la agencia EFE sí temen que se consolide un escenario de recesión a final de año, hay un organismo en Estados Unidos que tiene autoridad para determinar oficialmente los periodos de recesión: el National Bureau of Economic Research (NBER, Oficina Nacional de Investigación Económica), pero lo hace con un retraso de varios meses.
“Consideramos una serie de indicadores”, explica la entidad en su página web aunque señala “la amplitud del declive de la actividad” económica.