Los países de la región centroamericana han venido aumentando la esperanza de vida, es decir más población adulta mayor, pero se han reducido las tasas de fecundidad de forma gradual debido el costo en los servicios básicos, las difíciles crisis económicas y el repensar de nuevas necesidades, indica un estudio de la consultora EY.
Tener cada vez bajos índices de personas con 15 años de edad o menos y un aumento acelerado de la población de adultos mayores, lo que implica es que habrá menos personas en edad económicamente activa y por lo tanto, menos cotizantes que ponen más presión a un sistema de pensiones.
El análisis de EY plantea dos preguntas: ¿Están nuestros países preparados para un aumento demográfico de la población adulta mayor y la disminución de una población económicamente activa? ¿Cómo nos prepararemos ante estos desafíos?
En el caso de El Salvador, la situación afecta directamente las pensiones de las personas que se jubilan.
Según los datos del Sistema de Ahorros para Pensiones (SAP), a enero de 2022 son 799,671 personas cotizantes, de los 3,587,612 afiliados, y el número de pensionados llega a 103,507.
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Actualmente, los ahorros de los trabajadores suman $12,349 millones, los cuales son propiedad de los cotizantes.
Para 2025, se espera que los países de la región se aproximen a etapas más avanzadas del proceso de envejecimiento, a medida que la mortalidad y fecundidad continúen descendiendo, señala EY.
La consultora hace un breve análisis a nivel regional y Costa Rica será el país en Centroamérica y el Caribe con la etapa más avanzada de envejecimiento, pues tendrá 106.5 personas mayores por cada cien menores de 15 años y tendrá una de las tasas de fecundidad más bajas: 1.7 hijos por cada mujer.
Luego coloca a El Salvador, Panamá, Nicaragua y República Dominicana en un nivel moderado con, tasas de fecundidad entre 1.8 y 2.0 hijos por mujer, es decir que cada mujer tendría solo uno o máximo dos hijos.
Estos países presentarán para el 2025 un índice de envejecimiento que oscilará entre 45.5 y 78.4 personas mayores por cada cien menores de 15 años, ubicándose en una fase moderadamente avanzada del envejecimiento.
Mientras que Guatemala y Honduras se ubican en una fase de envejecimiento moderado en la que persisten niveles por sobre el índice de reemplazo de la fecundidad, es ecir más de dos hijos por mujer.
Además, estos dos países poseen un índice de envejecimiento inferior a 41 personas mayores por cada cien menores de 15 años.
Hacia el 2050 aumentará más
Según las estimaciones de la consultora, para el 2050 los países con tasas de envejecimiento acelerado como Costa Rica seguirán avanzando en este proceso con tasas de fecundidad de 1.6 hijos por mujer y entre 157 a 206 personas mayores por cada cien menores de 15 años.
Los otros cuatro países, entre de ellos El Salvador, pasarían a un envejecimiento avanzado con tasas de fecundidad que oscilarán entre 1.7 y 1.9 hijos por mujer e índices de envejecimiento entre 115 a 145 personas mayores por cada cien menores de 15 años.
Finalmente, Honduras y Guatemala, que actualmente presentan una etapa moderada, pasarán a una avanzada moderada en el envejecimiento y disminuyendo su fecundidad en 1.8 hijos para Honduras, con 80-93 personas mayores por cada cien de 15 años; para Guatemala, una tasa de 1.9 hijos por mujer, con un envejecimiento menor a las 70 personas por cada cien de 15 años.
Según EY, esta rápida transformación demográfica y el lento desarrollo económico y social debe llamar a los gobiernos a crear políticas públicas para que la población adulta mayor tenga sostén económico.
Los expertos de la consultora recomiendan en el documento tomar ejemplo de lugares como la Unión Europea, Canadá y Taiwán que han realizado acciones que promueven la “economía plateada”, es decir actividades económicas de personas mayores de 60 años, migración de población joven adulta que logre servir como base económica social, e inversión en espacios públicos y promoción de la salud física en adultos mayores.
Reforma de pensiones pendiente
Para EY es necesario que los gobiernos tomen nota de las cifras que presentan sobre la transformación demográfica, ya que esto influirá definitivamente en la sostenibilidad del sistema de pensiones.
En ese sentido, el gobierno salvadoreño sigue pendiente de presentar una reforma de pensiones que el presidente Nayib Bukele ha prometido desde septiembre 2021 y que la semana pasada volvió a decir que enviará a estudio a la Asamblea Legislativa, pero aún no lo ha hecho.
Actualmente, en el país la edad de jubilación para mujeres es de 55 años de edad y de 60 años para los hombres.
De acuerdo con el Gobierno salvadoreño, la pensión por vejez mínima vigente es de 304.10 dólares por mes, la cual llegó a esa suma tras un incremento del 46.5 % que fue aprobado en 2021.
Durante años diversos sectores se han manifestado por las pensiones que reciben y han exigido un aumento de las mismas.
La organización “Mesa por una pensión digna” ha propuesto subir la pensión en un 50 % del salario básico regulador en los primeros 10 años hasta llegar al 75 %.
Sin embargo, economistas han señalado que pagar tasas de reemplazo de hasta el 70 % a los trabajadores haría que el sistema de pensiones quiebre en unos cinco años, lo que dejaría sin pensión a miles de personas.
En este sentido, los expertos han señalado que la reforma que plantee el gobierno contemple la sostenibilidad del Sistema de Ahorro de Pensiones.
“Economía plateada”
EY no aborda en su análisis el tema de las pensiones, pero sí menciona el concepto de “economía plateada”. Ese término se refiere a una economía global vinculada al cambio demográfico producido por el envejecimiento de la población, cuyo enfoque se centra en las necesidades y demandas de los adultos mayores.
Con este enfoque, muchos países desarrollan programas y generan oportunidades para que este sector generacional tenga condiciones adecuadas para mantener su independencia y bienestar a lo largo del tiempo.