Pese a que la multinacional Morgan Stanley señala una mejora en la percepción de los bonos de El Salvador, también asegura que “la situación fiscal del país se está volviendo cada vez más difícil”.
“No es necesario mirar más allá de los precios de los bonos para ver que la situación financiera de El Salvador es peor hoy que en cualquier momento reciente. La deuda se sitúa en el 83 % del PIB (a mayo de 2022), lo que no solo es alto para un soberano de baja calificación, sino también especialmente alto si se tiene en cuenta que El Salvador es una economía dolarizada”, expone la multilateral en su más reciente informe.
Antes de que Bukele asumiera la presidencia, la deuda pública total rondaba los $18,900 millones. Ahora, el país debe $24,579.67 millones hasta mayo. Y el ritmo de crecimiento de la deuda pública total no es el mejor.
Entre 2014 y 2018 la deuda creció, en promedio, 5 %. Una vez Bukele asume la presidencia, el crecimiento se elevó al 14 %. Y aunque luego bajó al 8 % en 2021, los porcentajes de incrementos no volvieron a ser los de antes.
Esto significa que Bukele ha hecho crecer la deuda abruptamente, pese a que en varias ocasiones el FMI ha enfatizado que las economías dolarizadas necesitan funcionar con niveles de deuda más bajos.
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De igual manera, Morgan Stanley señala en su informe la caída de la liquidez tanto de los depósitos del gobierno como de las reservas de divisas, en un momento en que las necesidades de financiamiento son necesarias para saldar los próximos pagos de deuda.
“A la situación financiera se suma que las autoridades han perdido una cantidad considerable de confianza del mercado al hacer promesas que luego no han cumplido, en particular las frecuentes declaraciones de que un acuerdo con el FMI estaba cerca”, agrega el informe.
No obstante, pese a la pérdida de valor de al menos el 70 % en el criptoactivo Bitcoin, principal apuesta económica del gobierno de Nayib Bukele, la multinacional animó el pasado martes a los inversionistas extranjeros a considerar los bonos de El Salvador, cuyo rendimiento se ha visto “muy afectado”, tras el desplome del Bitcoin en los últimos meses.
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En el informe “El Salvador, los precios de los bonos volverán a subir”, la multinacional asegura que hay un “riesgo-recompensa” en la deuda salvadoreña, y expone las razones de la mejora en la perspectiva de los bonos.
Entre ellos, marca como positivo un aumento en los ingresos fiscales del país. De acuerdo al Ministerio de Hacienda, los ingresos fiscales incrementaron un 25.8 % entre enero y abril de este año, en comparación con el año anterior. El aumento, incluso, se ha dado en comparación con el 2019, un año antes de la pandemia.
Pero para el economista Cesar Villalona, el aumento en los ingresos fiscales no es real porque “en junio, los ingresos fiscales fueron de $489 millones y en mayo $636, con una caída del 23 %. En abril (Hacienda dice) que fueron más, pero es normal por el pago de la renta”, dijo en la entrevista matutina de ayer de TVX.
También, la multilateral asegura que el país “al parecer tiene la capacidad de pagar los próximos bonos”, es decir, un vencimiento de deuda de $800 millones para enero de 2023. Una postura con la que ha coincidido el economista Rafael Lemus, pues cree que el gobierno sí va a pagar su próximo vencimiento de deuda, “pero dañando la sostenibilidad del sistema de pensiones que ya es insostenible”.
Si el crecimiento de remesas no baja más de lo que ya ha caído y si la recaudación fiscal no disminuye, el país podrá solventar sus compromisos. De lo contrario, asegura el informe, se enfrentará a una situación peor de la que ya tiene.
Desde hace meses, los eurobonos del país se han visto afectados por el riesgo de si el gobierno tendrá o no la capacidad de pago. Y esta incertidumbre no ha surgido solo de economistas, también las empresas calificadoras de riesgo como Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch han expuesto la posibilidad de que el gobierno no logre pagar la próxima cuota de deuda.
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No obstante, Morgan Stanley cree que aunque el país ha tenido “uno de los peores rendimientos hasta la fecha”, los inversionistas deberían preferir los bonos de El Salvador con vencimientos para 2025 y 2032.
“El Salvador parece haber sido excesivamente castigado por el mercado en comparación con sus pares en dificultades con peores fundamentos”, expone el informe. Y agrega que el entorno externo, “no tolera historias crediticias con una trayectoria negativa”. Ese es el caso de El Salvador que lleva meses siendo poco atractivo para el mercado extranjero.
Actualmente, la deuda de eurobonos de El Salvador asciende a $7,700 millones. Y sin un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el cual el gobierno buscaba financiamiento de $1,300 millones, el mercado se ha dado a la tarea de desconfiar si el país tendrá o no la capacidad de pago frente al agotamiento de fuentes de financiamiento adicionales.