Se prevé que el crecimiento mundial descienda del 5.7 % en 2021 al 2.9 % en 2022, un porcentaje considerablemente menor que el 4.1 % que proyectó en enero, según el último informe de junio de las Perspectivas Economías Mundiales del Banco Mundial (BM).
El organismo multilateral prevé que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) global oscile en torno a ese ritmo durante el período 2023 y 2024, a medida que la guerra en Ucrania afecte la actividad económica, la inversión y el comercio en el corto plazo.
Según el Banco, la invasión rusa a Ucrania ha exacerbado la desaceleración de la economía mundial, la cual está entrando en lo que podría convertirse en un período prolongado de escaso crecimiento y elevada inflación.
“Este contexto aumenta el riesgo de estanflación, con consecuencias potencialmente perjudiciales tanto para las economías de ingreso mediano como para las de ingreso bajo”, dice en el informe.
El presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass, afirmó que “la guerra en Ucrania, los confinamientos en China, los trastornos de la cadena de suministro y el riesgo de estanflación afectan el crecimiento. Para muchos países, será difícil evitar la recesión”.
El término estanflación se refiere cuando en una economía hay estancamiento económico, inflación, es decir constante alza de precios de los productos no se detiene y se suma que no hay generación de empleos.
Agregó que los mercados están expectantes, por lo que es urgente fomentar la producción y evitar las restricciones comerciales. “Se requieren cambios en las políticas fiscales, monetarias, climáticas y de endeudamiento para contrarrestar la asignación inadecuada de capital y la desigualdad”, indicó.
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Según registra el organismo multilateral, la recuperación de la estanflación que se registró en los años 70 exigió fuertes aumentos en las tasas de interés en las principales economías avanzadas, sin embargo esto contribuyó, en gran medida, a desencadenar una serie de crisis financieras en los mercados emergentes y las economías en desarrollo.
“Las economías en desarrollo deberán equilibrar la necesidad de garantizar la sostenibilidad fiscal con la necesidad de mitigar los efectos de las múltiples crisis en los ciudadanos más pobres”, señaló Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial.
Mientras tanto, se prevé que el crecimiento en las economías avanzadas se desacelere drásticamente del 5.1 % en 2021 al 2.6 % en 2022 (1.2 puntos porcentuales por debajo de las proyecciones de enero).
Además se proyecta que el crecimiento se modere aún más al 2.2 % en 2023, lo que reflejará en gran medida la retirada del apoyo mediante políticas monetarias y fiscales proporcionado durante la pandemia.
Según el informe, el impacto para los países en desarrollo es mayor debido a que son importadores de productos básicos y no productores, lo que les hace depender de los altos precios internacionales.