Los responsables de varias instituciones económicas internacionales celebraron el viernes la decisión de China de suavizar su política de "cero covid", que la directora del FMI, Kristalina Georgieva, calificó de paso adelante "decisivo".
La relajación de las restricciones sanitarias es una buena noticia para la economía mundial, que atraviesa dificultades, declaró la responsable del Fondo Monetario Internacional (FMI) tras una conferencia con el primer ministro chino, Li Keqiang, en Huangshan, en el este de China.
Las autoridades sanitarias chinas anunciaron el miércoles una relajación general de las restricciones sanitarias, tras una ola de protestas, y también con la esperanza de reactivar la segunda economía mundial, asfixiada por la política de "cero covid".
Entre las principales medidas anunciadas hay el fin de las pruebas PCR sistemáticas y a gran escala, la posibilidad de aislamiento domiciliario para los casos leves y asintomáticos, y una aplicación más limitada del confinamiento.
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"Nos congratulamos por las acciones decisivas tomadas por las autoridades chinas (...) para recalibrar la política del covid", declaró Georgieva en una rueda de prensa junto a líderes de otras instituciones económicas internacionales.
El esfuerzo de China por aumentar las tasas de inmunización también es bueno "para el pueblo chino, pero también es importante para Asia y el resto del mundo", añadió Georgieva.
"El rendimiento de China es importante (no solo) para China sino también para la economía mundial", afectada por las repercusiones de la guerra en Ucrania y la inflación, agregó la responsable.
La economía mundial ha sufrido este año el impacto de la invasión rusa de Ucrania, unido a una recuperación parcial tras la pandemia y a una crisis del coste de la vida en muchos países.
El abandono progresivo de la estrategia "cero covid" contribuirá "a eliminar una serie de incertidumbres", subrayó por su parte Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC) durante la misma rueda de prensa.
El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Mathias Cormann, agregó que esos "ajustes apoyarán la fortaleza de la recuperación [económica] tanto en China como en el mundo".
Larga vuelta a la normalidad
La drástica decisión de China de suavizar la mayoría de sus restricciones sanitarias fue aplaudida por los mercados bursátiles, preocupados por una posible recesión en Estados Unidos.
Pero muchos analistas advirtieron de que la vuelta a la normalidad en el país más poblado del mundo sería larga y caótica, ya que China se enfrenta ahora a un aumento de los casos de covid.
La ira popular en China, que llevaba meses latente, estalló a finales de noviembre, cuando miles de manifestantes salieron a la calle en una decena de ciudades, exigiendo el fin del "cero covid" y algunos incluso pidiendo la marcha del presidente Xi Jinping.
Las concentraciones, que sorprendieron a las autoridades, son las más importantes desde las movilizaciones prodemocráticas de Tiananmen en 1989.
La estricta política sanitaria de China, que obligó a interrumpir las líneas de producción a causa de los confinamientos, también ha afectado gravemente a la economía del gigante asiático, que este año experimentará una de sus tasas de crecimiento más lentas en cuatro décadas.
Fábrica de iPhone abandona el confinamiento
El gigante tecnológico taiwanés Foxconn puso fin el jueves al confinamiento de la mayor fábrica de iPhone del mundo, situada en China y que estuvo funcionando en un sistema de "circuito cerrado" durante 56 días, en consonancia con el abandono progresivo de la estrategia de "covid cero" por parte de Pekín.
"En vista de (...) el levantamiento de las medidas de control de epidemias en China, la empresa exige a los empleados que presenten una prueba PCR negativa de menos de 48 horas para poder volver al trabajo", decía un aviso publicado el jueves en la cuenta oficial de WeChat de la conocida como "iPhone City", la principal fábrica de Foxconn en la ciudad china de Zhengzhou, en la provincia de Henan.
La empresa instó a los empleados que no forman parte del "circuito cerrado" a volver al trabajo "lo antes posible".
Foxconn puso fin así a un confinamiento de 56 días en la fábrica, durante los cuales solo se permitía a los trabajadores desplazarse entre sus dormitorios y sus lugares de trabajo en autobuses especiales.
La planta emplea a unas 200,000 personas, la mayoría de las cuales viven en dormitorios.
Las autoridades sanitarias chinas anunciaron el miércoles una relajación general de las restricciones sanitarias tras las protestas en varias ciudades, y también con el objetivo de reactivar a la segunda economía mundial, asfixiada por la política de "covid cero".