El sector cafetalero tiene ante sus ojos una de las mayores oportunidades de crecimiento y desarrollo para sus productores.
El precio del quintal de café a nivel internacional es el mejor de los últimos años y, por lo tanto, sus exportadores pueden obtener más ganancias al venderlo a sus socios comerciales.
De hecho, los datos de las exportaciones de enero 2023 muestran un incremento en las ventas al exterior que ha representado un mayor ingreso de divisas.
Según el Banco Central de Reserva, solo en enero se vendieron 49.2 millones de quintales por un monto total de $10.4 millones a un precio promedio de $211.8 por quintal.
Su venta en dólares representó un 69.1% más que en enero de 2022 y un 62.2% más en volumen.
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Al cierre de la cosecha 2021/2022, las exportaciones también crecieron, logrando divisas por $171.7 millones, $61 millones más que en la cosecha anterior y su precio por quintal fue de $242, según el Consejo Salvadoreño del Café.
Según Ricardo Esmahan, director ejecutivo de la Asociación de Beneficiadores y Exportadores de Café (Abecafé), el buen precio se debe a que la cosecha de Brasil, considerado el mayor productor mundial, ha estado cayendo desde 2021 por efectos del clima y los insumos agrícolas.
Lo mismo ha pasado con otros países productores como Colombia, que disminuyó su producción en más de un 10% en enero.
El Salvador también ha tenido una disminución en su cosecha debido a los daños que dejaron las tormentas del último trimestre del año pasado y que botaron el grano maduro que estaba próximo a cortarse.
Al 28 de febrero de este año, la cosecha obtenida por Abecafé muestra una disminución del 7.2% pues se reportan 625,485.7 quintales de oro uva mientras que hace un año, a la misma fecha esta era de 677,838.9 quintales.
“Lo que han reportado los diferentes beneficios es que han recibido una cantidad importante de café seco”, relató Esmahan.
Aún así, Esmahan afirma que esta es una gran oportunidad para aprovechar los buenos precios y también para llegar a otros destinos.
“Es una gran oportunidad la que se tiene en estos momentos. Ojalá pudiéramos seguir surfeando la ola de los buenos buenos precios especialmente ahora que Brasil ha bajado su producción”, dijo el representante cafetalero.
Menos producción
Sergio Ticas, presidente de la Asociación Cafetalera de El Salvador, también es consciente de que el año pasado hubo pérdidas en la cosecha de café, pero pese a eso, sus expectativas para este año son favorables en cuanto a las divisas que puedan obtener dados sus buenos precios en el exterior.
“Antes de octubre 2022, nuestras expectativas de cosecha, para este año 2023, era llegar a 1 millón de quintales o sobrepasar este cifra. Los caficultores estaban muy optimistas, ya que el invierno fue muy favorable para el desarrollo de los cafetales. Después de la Tormenta Tropical Julia, de los primeros días de octubre, más las tormentas ocurridas en los meses de noviembre y diciembre, fechas en las cuáles, ya se está recolectando el café, causaron daños importantes en la mayoría de zonas cafetaleras del país, como daño y caída de frutos por exceso de lluvias, daño por hongos por exceso de humedad y calor, como la roya y antracnosis, y una pérdida de frutos, debido a la escasez de mano de obra en las fincas”, contó Ticas.
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“Estimamos que se ha perdido más de 100 mil quintales de café, que son alrededor de 25 millones de dólares que el país dejará de percibir en divisas, debido a estos fenómenos que no podemos controlar”, agregó.
Para el representante del sector, esta pérdida pudo haber sido mayor, si el Ministerio de Agricultura no hubiera intervenido oportunamente, al entregar foliares y fungicidas para fortalecer los cafetales”, añadió.
Régimen de excepción
Otra de las oportunidades que podría mejorar la producción de café es una mayor percepción de seguridad.
Aunque Esmahan afirma que todos los años hay una coordinación articulada con la Policía Nacional Civil (PNC) para garantizar que la cosecha se desarrolle en completa seguridad, para Ticas, el régimen de excepción también podría propiciar un mayor beneficio.
“Según nuestros reportes, habían varias fincas cafetaleras en distintas zonas a nivel nacional, donde los caficultores habían dejado de trabajar sus fincas por presencia de grupos delincuenciales en sus zonas, pero ahora, que han dejado de pagar extorsión y vuelven a retomar posesión de sus propiedades, han empezado a trabajar sus fincas de nuevo”, señaló.
Pero por el otro lado también hay una reducción en la disponibilidad de mano de obra y que, según Esmahan, está relacionado al régimen.