Cuando el Bitcoin salió a la luz pública en 2009, su creador, Satoshi Nakamoto, la presentó como una alternativa financiera ante el dinero fiduciario, luego de que este tipo de moneda se viera gravemente afectada por la crisis económica que azotó al mundo en 2008.
Puede interesarle: Secretaria del Tesoro de EE.UU. advierte sobre "caos financiero y económico" mundial
Sin embargo, desde entonces el Bitcoin no había convivido con ninguna coyuntura complicada más allá de pequeños fenómenos aislados, y no fue hasta el año pasado que se enfrentó a crisis como la de la inflación global y, más recientemente, la crisis en el sector bancario estadounidense.
Pese a que estos contextos eran los ideales para comprobar los argumentos de los entusiastas del Bitcoin, el criptoactivo, por su parte, no ha podido salir triunfador, y actualmente se encuentra luchando por mantenerse cerca de los $30,000 por cada token.
Este precio, que representa casi el doble de los observados en noviembre del año pasado es, sin embargo, negativo para el sector, pues refleja una fuerte caída en el valor de esta criptomoneda si se compara con los números que obtuvo hacia finales de 2021, cuando rozó los $69,000 y despertó aún más la euforia de los maximalistas.
Para ese entonces, el pronóstico de que alcanzaría los $100,000 en 2022, poco a poco se fue esfumando conforme las crisis económicas y geopolíticas fueron apareciendo y, con esto, su promesa de ser una alternativa de valor ante la fuerte inflación o las amenazas de una recesión mundial también perdió fuerza.
Además: "La transparencia no es una de las prioridades de Bukele", señala la financiera EMFI
Al momento de esta nota, el precio del Bitcoin rondaba los $27,300 por unidad, una cifra que puede interpretarse como una pérdida de hasta 60% del valor máximo de $68,890 que alcanzó en noviembre de 2021.