Pese al enorme gasto de fondos públicos que el gobierno salvadoreño ha realizado para impulsar el uso del Bitcoin (criptomoneda de circulación legal en el país desde septiembre de 2021), los datos de la Asociación Bancaria Salvadoreña (ABANSA) arrojan que los salvadoreños continúan decantándose por el sistema tradicional.
Eso es lo que demuestra el reciente informe sobre los resultados del sistema bancario en 2021 que presentó la asociación y que se basa en las cifras de crecimiento que tuvo ese sector el año pasado. En términos generales los datos demuestran que el Bitcoin y la plataforma gubernamental Chivo Wallet no han tenido un impacto significativo en las finanzas de los usuarios.
Por ejemplo, el informe de ABANSA sostiene que las cuentas de ahorro tradicional crecieron un 10% en 2021 con respecto a 2020, lo cual se traduce en un total de 4.3 millones de cuentas de ese tipo activas.
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Otro de los productos que más creció fue el de las cuentas de ahorro simplificadas que los bancos ofrecen, mismas que se contabilizaron hasta en 191,000 a diciembre de 2021.
Este tipo de cuentas son las que los usuarios abren desde sus teléfonos móviles y sin asistir de forma presencial a las agencias bancarias.
Según el informe de ABANSA, este producto forma parte de las labores de inclusión financiera que realizan las instituciones bancarias.
Transferencias electrónicas
Por otro lado, ABANSA sostiene que el año pasado hubo un crecimiento histórico en las transferencias financieras electrónicas tanto entre cuentas de un solo banco, como en cuentas de bancos diferentes, lo que se le conoce como transferencias UNI.
Esas transferencias, al cierre de 2021, tuvieron un incremento de hasta un 83.9% con respecto a 2020 y según la entidad también las transacciones por medio de la banca electrónica crecieron exponencialmente, alcanzando una proporción del 47% con respecto al año anterior.
El informe también indica que los pagos con tarjetas de crédito aumentaron, pues al cierre de 2021 ABANSA registró la suma de 29.8 millones de transacciones con ese producto financiero, mientras que los pagos con tarjeta de débito sumaron 45.7 millones de transacciones. La proporción de crecimiento de ambos productos con respecto al 2020 fue del 28.4% y 40.3%, respectivamente.
Ley Bitcoin sin impacto en el sector
Uno de los cambios en el rubro financiero en 2021 fue, precisamente, la adopción del Bitcoin como moneda de curso legal, algo que según dijo el presidente Nayib Bukele vendría a sustituir al sistema bancario tradicional por ser “más inclusivo” para los usuarios.
Sin embargo, las cifras de ABANSA reflejan que el uso masivo de los productos financieros sigue manteniéndose en el sector de la banca tradicional, pues como apunta el presidente de la entidad, Raúl Cardenal, el crecimiento de ese sector en 2021 fue muy bueno.
En ese sentido, al ser consultado sobre el posible impacto que pudo haber tenido el lanzamiento de la Chivo Wallet en el sistema bancario, Cardenal agregó que “no ha tenido un crecimiento significativo o notable”, pues no ha logrado desplazar a los productos bancarios como lo esperaba el gobierno cuando presentó la ley.
De hecho, recientemente el Banco Central de Reserva (BCR) publicó los datos sobre el flujo de remesas familiares que ingresó al país en enero pasado, reflejando que ni siquiera en ese sector la Chivo Wallet ha podido consolidarse como un producto de uso masivo.
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Según los datos del BCR, entre septiembre de 2021 y enero de 2022, solo el 2.1% de remesas ingresó por esa vía o por otras billeteras virtuales.
Y por el contrario, las remesas familiares enviadas a cuentas bancarias de salvadoreños en el país totalizaron $169.2 millones y un crecimiento de 8.4% respecto al mismo mes del año anterior.
Por ello, Cardenal añadió que el único momento en el que fue notable la participación de Chivo Wallet en el mercado financiero fue cuando recién fue lanzada por el gobierno, mismo que ofreció un bono por registrarse en la plataforma.
“Al inicio sí se observó el uso de la plataforma”, afirmó el representante de ABANSA, quien agregó que el uso fue para transferir los $30 del bono de bienvenida tras convertido de Bitcoins a dólares.
Hasta el momento, el gobierno lleva gastados más de $300 millones de dólares en la implementación del Bitcoin, algo que incluye un fideicomiso de $150 millones, el impulso para el uso de la Chivo a través de bonos de $30, y que sumarían la cifra de hasta $120 millones a la fecha, y la compra de hasta 1,391 Bitcoins, que podrían equivaler a más de $86 millones de fondos públicos.
Baja calificación sin efectos inmediatos
Con respecto a la rebaja en la calificación crediticia que emitió a inicios de febrero una de las principales agencias calificadoras, el titular de ABANSA señaló que, por el momento, no prevé que haya efectos inmediatos en el sistema bancario privado del país.
Lo anterior se refiere a la calificación CCC a la que Fitch Ratings degradó al país, algo que lo coloca en una situación negativa en los mercados de deuda internacional, principalmente, el de los bonos soberanos, mismos que ya se vieron afectados tras esa rebaja.
Economistas salvadoreños han afirmado en semanas anteriores que podría tener efectos significativos sobre el sistema bancario del país y, sobre todo, sobre las tasas de interés con la que los usuarios del sistema adquieren sus créditos.
Sin embargo, Cardenal apuntó que los datos que arroja la situación de la banca salvadoreña demuestra que, a la fecha, no ha habido mayor afectación por este tipo de calificación, a la vez que afirmó que esa afectará en el corto plazo a la situación de la deuda pública del país, específicamente.
Dentro del tema de la deuda pública, y con respecto al riesgo de impago al que se enfrenta el país, algo que incluye la deuda de corto plazo que adquieren los bancos salvadoreños, el titular de ABANSA agregó que cada institución bancaria es la que evalúa si decide invertir o no en ese tipo de deuda que el gobierno coloca, por lo que aclaró que como asociación no pueden definir el nivel de impacto que tiene la baja calificación del país en la dinámica de colocación de deuda de corto plazo.
Cardenal también afirmó desconocer cuáles son los principales bancos que invierten en la deuda de corto plazo del país, pues “eso depende de la situación y tamaño del banco”, señaló el representante, quien además aclaró que “como ABANSA no sabemos o controlamos qué banco compra o no compra la deuda de corto plazo”.