En la Hacienda Corral Viejo, cantón Amate, en Zacatecoluca, algunos agricultores iniciaron hace un mes la siembra de la milpa de la temporada lluviosa, pese a las altas temperaturas registradas y el retraso de las lluvias.
Cándida Cruz es una de las agricultoras que comenzó a sembrar hace un mes una manzana de terreno, pero no ha cosechado lo que esperaba. Las mazorcas están pequeñas y los granos de maíz están delgados. “No logramos sacar ni ocho quintales en oro”, dice, cuando en condiciones normales hubiera obtenido 12 quintales.
Tiene la esperanza que con la segunda manzana que recién ha sembrado se va a recuperar, pero aún no llueve y el calor y el escaso riego no ha permitido que su milpa se desarrolle lo suficiente. La agricultora usa un terreno que la comunidad comparte, pero no es terreno comunal. Este tiene un dueño que también lo usa para cultivar maíz, pero también yuca y forraje para el ganado y alquila varias manzanas a otros agricultores como Cándida Cruz.
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Cándida, de 56 años de edad, explica que los sembradíos del terreno se nutren de agua a través de un sistema de riego creado por la comunidad de agricultores locales y que funciona a nivel de la tierra, es decir, por gravedad. El agua proviene del río San Antonio, y aunque el caudal de éste es considerable, mientras más pasa el tiempo sin llover comienza a reducir la cantidad de agua que puede llevar el canal del sistema de riego.
“El río ya no alcanza para todos”, comenta. Por ello se raciona el agua, y en lugar de regar cada ocho días lo están haciendo cada doce días, aunque esto afecte a las plantas.
Cándida asegura que para ellos dejar de sembrar no es una opción. “No sembrar significa pobreza, eso nos obligaría a comprar más granos o comprar harina. Los animales que tenemos también se ven afectados, incluso podrían morir”, señaló.
Además, la agricultora agrega que no podrían pagar lo invertido en insumos, y aunque lo cosechado hasta el momento no alcanza para pagar completamente la inversión, les permite seguir trabajando.
En total, según Cándida, una manzana de milpa necesita inversión de $400 para preparar el terreno y la otra mitad en el rastreado, el pago de mozos, el uso de bueyes y el abono, sin contar el tiempo de trabajo del agricultor. Solo en el alquiler de la tierra se van $100 por manzana.
La inversión puede disminuir si se recibe el paquete de semilla y abono que cada temporada les da el Ministerio de Agricultura y Ganadería y la alcaldía, pero hasta la fecha no se les ha notificado si habrá entrega de esta ayuda estatal a los agricultores de esta zona.