La falta del Fondo para el Desarrollo Económico y Social de los Municipios (Fodes) ha llevado a la alcaldía de Nahuizalco, en Sonsonate, gobernada por el partido Nuevas Ideas, a realizar un ajuste tarifario de impuestos por el uso de locales instalados en el mercado y el parque.
La situación no ha sido tomada a bien por los comerciantes afectados que deberán pagar hasta un 50% adicional de la tarifa que ya cancelaban.
“Que vendamos bastante o poco, eso no le tiene que importar a la alcaldía. Nosotros obtuvimos un puesto y aceptamos el pago cuando se nos entregó el puesto hace cinco años”, dijo, en tono molesto, Carmen R. quien es la encargada de uno de los negocios afectados y que prefirió omitir su identidad por temor a represalias.
La reacción de la comerciante se debe principalmente a la postura del alcalde, Hugo Zavaleta, que ha señalado que el ajuste tarifario es para “grandes comerciantes del mercado”, como los calificó, y los que tienen un “lugar privilegiado· en los contornos del parque.
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“Algunos comerciantes obtienen grandes ingresos por las ventas de sus comidas; a veces parecen restaurantes. A ellos les estamos aplicando un incremento de impuestos. En los contornos del parque ¿cuánto vale un arrendamiento de un inmueble para negocio?. Y aquí dentro (del mercado) ellos pagaban $3 diarios. No era justo y obteniendo grandes ingresos; ahora pagarán $4.50 diario”, señaló el munícipe.
Son 35 arrendatarios los afectados con el ajuste de impuestos; de los cuales, diez se encuentran en locales instalados en el parque y otros 25, en el mercado municipal.
Sin dar mayores detalles, el alcalde señaló que la inconformidad por el incremento de los impuestos es de un grupo reducido de comerciantes que están “influenciados por políticos”.
Esto en referencia a que dentro de los comerciantes afectados al interior del mercado se encuentran algunos familiares del ex alcalde por el FMLN, Willer Patriz, quienes comercializan carne.
Sin embargo, la comerciante que recriminó al edil sobre su intromisión de cuánto venden, se ubica en uno de los puestos del parque donde comercializa alimentos; es decir, la inconformidad es generalizada de los comerciantes.
El incremento no afectará a los denominados canasteros o pequeños comerciantes.
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“Sigo pagando mi cora ($0.25) por vender aquí; no me han cobrado más por vender con mi canasto”, expresó Rosa Shul, quien a diario llega a la ciudad desde el cantón Anal Abajo para vender moras, chipilín y frutas.
La alcaldía absorbe el pago de energía eléctrica y mantenimiento de estos lugares; además de la recolección de los desechos sólidos.
Algunos turistas consultados coincidieron en señalar que este tipo de incremento afecta a la población en general, ya que los negocios podrían incrementar el precio de los productos y servicios que ofrecen para obtener mejor rentabilidad y sacar los costos de operación.