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A los 106 años, Carlos Solórzano sigue al frente de la imprenta que fundó en 1963

Don Carlos se encarga de presupuestar y corregir las órdenes de trabajo en la imprenta para lo que también hace uso de la tecnología. A los 90 años se compró su primera computadora y asegura que aún se siente con fuerzas para atender su negocio. Durante 75 años estuvo casado con su esposa “Lucita” quien murió a los 102 años.

Por Xiomara Alfaro | Feb 27, 2023- 07:00

Foto EDH/ Jessica orellana

Nacido en San Vicente en 1916, don Carlos Ramírez Solórzano es un ilustre ciudadano  de Santa Tecla, en La Libertad, donde en 1963 fundó la imprenta San Martín, ubicada sobre calle Ciriaco López y la 7a. avenida Norte, lugar donde a la fecha sigue atendiendo a sus clientes con la misma pasión de hace 6 décadas.

A sus 106 años, don Carlos asegura que siente las fuerzas para seguir trabajando, razón que le ha permitido una vida plena, cargada de grandes satisfacciones.

“No puedo pedirle nada a la vida, todo me lo ha dado, y me siento con las fuerzas para seguir en la lucha. Soy una persona feliz, en mi corazón solo hay felicidad, una felicidad que permanece ahí siempre”, confiesa mientras está  sentado en su escritorio a la entrada de la imprenta con el periódico entre sus manos y el foco de una lámpara de mesa que le facilita la lectura.

Todos los días a las 8:00 de la mañana llega a este lugar, a un costado de la centenaria casa que  guarda los momentos más memorables de su vida; ahí disfrutó junto a su esposa Aída Luz Valiente y sus cuatro hijos, los  75 años de matrimonio. El mismo lugar donde hasta hoy sigue  escribiendo historia y desde donde ha visto crecer su descendencia.

Foto EDH/ Jessica orellana

Don Carlos tiene 11 nietos, 7 bisnietos y un tataranieto.  

Hablar de  su familia lo llena de orgullo. Su esposa, a quien cariñosamente llama “Lucita”, murió  a los 102 años.

Sus hijos son María  Edith de Andino; Carlos Alberto Ramírez Valiente, Guillermo Antonio Ramírez Valiente y Aída Luz Ramírez de Chinchilla. “Ellos son mi todo”, expresa.

Al hablar sobre “el secreto” para llegar a su edad dice que es heredado de familia, pero también confiesa  que lo mantiene vivo el “amor sincero”, el cual aún después de la muerte sigue latiendo fuerte en su corazón.

“Un amor que  no se puede comparar al que muchos viven hoy en día, hablo de ese amor que lo llena de emociones a uno, un amor a la antigua”, expresa.

Don Carlos es el único sobreviviente de 8 hermanos. En la imprenta se encarga de presupuestar y corregir las órdenes de trabajo. A los 90 años  compró su primera computadora.  Tiene su propia página de Facebook, su correo electrónico y recibe pedidos vía WhatsApp.

Foto EDH/ Jessica Orellana

“Manejo parte de eso, ¡no soy un erudito! Lo entiendo y lo manejo a mi manera”, explica mientras habla sobre cómo se ha ido acoplando a los grandes cambios que el mundo ha tenido  a través del tiempo.

Una de las cosas que más ha disfrutado en la vida es viajar; recuerda como si fuera ayer los viajes por Europa junto a su  amada esposa y lo mucho que leía sobre cada destino que estaba por visitar. “He estado en muchos lugares. Eso me ha dado el material para superarme”, añade. 

El trabajo y la laboriosidad lo han caracterizado desde su juventud, años en los que vio en el canal de Panamá la oportunidad para echar andar sus ideales. Estaba enamorado y consideró que era la ocasión para reunir un poco de dinero y desposarse en ese lugar, un sueño que hizo realidad el 21 de diciembre de 1947.

En su vida recuerda dos episodios que lo marcaron: un encuentro con la reina Isabel II durante un viaje por Inglaterra y la visita a una plaza  de toros, lo cual, en sus palabras, dejó en su corazón “un gran dolor que sigue ahí y no se puede borrar”.

Foto EDH/ Jessica orellana

Ejemplo de disciplina y laboriosidad

En noviembre de este año, don Carlos cumplirá 107 años y en su vida laboral se ha desempeñado en varios trabajos: trabajó como tipografo en la Dirección General de Estadísticas y Censos, tiempo en el que también disfrutó viajar  en ferrocarril.

En los años 50 viajó a Estados Unidos para capacitarse en su profesión y perfeccionar el inglés.

La política también ha estado en sus ocupaciones, pues fue fundador del Partido de Conciliación Nacional y en 1964 llegó a la Asamblea Legislativa como diputado propietario por el departamento de La Libertad.

Es cofundador del patronato del Hospital San Rafael y miembro honorario del círculo Militar. En 2007 fue reconocido como tecleño destacado por el Club Rotario de Santa Tecla. En 2017 recibió el galardón Orden de las Colinas, máxima presea que se entrega en esta ciudad a personas destacadas.  “Don Carlos es un ejemplo de disciplina, laboriosidad, generador de fuentes de empleo. Ha manejado su vida con las bendiciones de su fe católica cristiana, con prudencia, probidad, empeño, visión y sobre todo con una sonrisa permanente”, resaltó José Andino Lord, en 2016, al leer su semblanza durante la celebración de sus 100 años en el Palacio Tecleño.

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