“Estoy contento por mis hijas porque la casa será de ellas, así como lo planeábamos con mi esposa Marleni… es un recuerdo que duele mucho”, dice Victoriano Gutiérrez, esposo de la mujer que murió atacada por unos perros en San Alejo, La Unión.
Marleni de Jesús Guardado de Gutiérrez, de 49 años, murió el 26 de mayo, al ser atacada por varios canes en el caserío El Ojustillo, en el cantón San José.
La mujer y su esposo tenían planes de construir una casa de concreto, iniciaron con hacer la fundación de la vivienda, pero debido a su extrema pobreza de recursos no tenían muchos avances.
La mujer fue atacada a unos 100 metros de su casa por al menos seis perros cuando iba al molino a quebrar maíz, y debido a la pérdida de sangre por las mordeduras, murió en el instante. En el sitio hay una cruz de cemento en su memoria.
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Tras la tragedia en la familia, fueron los vecinos de las comunidades y sus alrededores, así como residentes en el exterior, los que se unieron para pagar los materiales de construcción y la mano de obra para cumplir el sueño que tenía la familia, aseguraron los residentes.
La construcción de la vivienda tiene un 70 por ciento, dice Victorino Gutiérrez, “por una parte me alegra porque mis hijas podrán tener una casa digna con su cuarto, pero también me entristece porque Marleni no está con vida para que en familia disfrutáramos de lo que habíamos soñado”.
Victorino asegura que en medio de las bendiciones, ha surgido la envidia, pues hay personas que dejaron de ayudarle con lo que le habían ofrecido. “Agradezco a todas las personas que me han apoyado, ya no debo preocuparme porque mis hijas tendrán un techo donde vivir”, agradece.
Algunos vecinos manifestaron que la trágica muerte de la mujer logró unir a personas de varias comunidades para apoyar al esposo e hijas en la construcción de la casa.
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Por la muerte de Marleni fueron procesados Carlos Humberto Sandoval Bonilla, de 45 años y Marleni Yanet Contreras de Sandoval; por el delito de homicidio culposo, la pareja era la responsable de cuidar a los perros.
Ambos fueron absueltos del delito, al llegar a una conciliación entre las partes. Los dueños de los perros pagaron una determinada cantidad de dinero al esposo de la víctima.
Los animales fueron sacrificados por los técnicos de la Unidad de Bienestar Animal, del Ministerio de Agricultura y Ganadería.