Rolando Pajón es licenciado en Bioquímica, graduado de la Universidad de La Habana, Cuba, país donde nació. Tras salir de Cuba en 2007 y llegar a Estados Unido, se convirtió en una pieza clave para la creación de la vacuna de Moderna contra el covid-19.
Pajón es uno de los investigadores que dio pie al fármaco que hoy por hoy está disponible en 50 países del mundo. En 2022 fue nombrado Director Médico de Moderna para América Latina.
Formar parte del equipo de científicos que tenía en sus manos la responsabilidad de crear un fármaco que salvaría millones de vidas, y en un momento en el que el mundo atravesaba por la peor emergencia sanitaria de la historia reciente, sin duda significó un enorme reto.
Pajón, de 51 años, que en un momento tan decisivo y de alta crisis prevalece ese sentido de alta responsabilidad, pero también la esperanza, momentos en los que surgen pensamientos como “estamos haciendo esto porque confiamos en que nuestra ciencia, en que nuestra plataforma, en que esto puede ser la solución, aún sin saber si lo es”.
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El experto destaca que para él también significó una gran tristeza. “Fue un trabajo desgastante, un trabajo desgarrador, dormíamos muy poco, un trabajo donde veíamos a nuestros colegas enfermarse, donde veíamos nuestros familiares enfermarse, donde (estaba) la presión de lograrlo lo más rápido posible”, explica.
Dentro del equipo de científicos, que inicialmente estaba conformado por 8 especialistas, lideró el desarrollo de todas las pruebas de laboratorio, incluida la parte neutralizante, respuesta inmune y la parte de seguridad.
“Yo fui el que lideró la maquinaria de generación de esos datos en toda la fase clínica, y desarrollé el equipo que creo eso”, añade.
“Hacer vacunas no es fácil”
Al hablar sobre el trabajo que implica ser vacunólogo, señala que no es nada fácil. “Hacer vacunas es dificilísimo, nosotros tenemos estándares de seguridad muy altos que tenemos que cumplir antes de poder seguir avanzando en nuestros estudios clínicos”, añade.
Pese a que desde pequeño su sueño estaba claro, crear medicinas para salvar vidas, nunca imaginó enfrentar, desde este ángulo, una pandemia de tal magnitud, como la que el mundo vivió en 2020.
“Yo estoy consciente de que es un privilegio. Estoy consciente de que es un evento, quizás que yo esperaba que si tenía suerte iba haber una vacuna mía cuando yo trabajara, nunca pensé que fuera en una pandemia, nunca esperé que fuera en una pandemia”, acota.
“La buena noticia es que va a ser más de una(vacuna)”, continúa. Pajón ha estado trabajando además en la vacuna de sincitial respiratoria, y con la terapia especializada de cáncer, de Moderna.
A sus 51 años, Pajón dice sentirse complacido por el trabajo realizado y de ver cómo sus contribuciones desde el punto científico médico están impactando en la calidad de vida de millones de personas en el mundo, pero sobre todo, dice, por el trabajo que se desarrolla con sus colegas, los médicos, y desde los espacios de salud en los diferentes países.
“Primero entendí que quería ser científico, después entendí que la ciencia que a mi me gustaba no era la de los cometas, era la de salvar vidas”, concluye.