Familiares de los menores capturados el sábado pasado en la comunidad Amando López relataron con detalle en la entrevista de YSUCA los momentos de angustia que sufrieron las víctimas por el acoso, maltrato y tortura ejercida por un grupo de militares.
Heily, hermana de uno de los capturados, relató que tres días antes de la detención de los menores comenzó el acoso y el maltrato por parte de los integrantes de la Fuerza Naval, quienes paraban y cateaban a los niños y adolescentes, les tomaban fotos y los maltrataban.
El sábado por la noche los militares llegaron a la casa de cada uno de los ocho menores y se los llevaron en un vehículo particular.
“Sacaron a mi hermano, lo tiraron en la cama de un pick up y lo empezaron a patear”, relató la señora.
Fuerza Naval capturó arbitrariamente y torturó a ocho menores, afirman expertos en derechos humanos
Heily fue de las primeras que se movilizó al puesto policial de El Zamorano para pedir una explicación de la captura de su hermano, pero el policía que se encontraba en el lugar le dijo que no sabía nada sobre ese procedimiento. Poco a poco los demás familiares se reunieron fuera del puesto policial.
Mientras tanto, los soldados se habían llevado a los menores a una casa abandonada sin luz, donde los niños fueron maltratados psicológicamente, los golpearon y los torturaron.
“Dice mi hijo que en ese lugar ellos pensaron lo peor, porque los militares les decían que no iban a volver” explicó Griselda, madre de uno de los detenidos.
Los familiares relatan que en el momento de la captura los soldados no llevaban ningún documento u orden fiscal o judicial para detenerlos.
Ante la presión de los padres de familia, después de varias horas los menores fueron llevados al puesto de El Zamorano. “Los soldados se paraban en ellos y le ponían la bota en la cara”, relata Griselda.
Heily explica que los muchachos iban desorientados y golpeados y al llegar ahí comenzaron a tomarles fotos y a llenar unos documentos.
Aún falta capturar a 20,000 personas en régimen de excepción, según ministro de Seguridad
“Un policía les hizo una observación (a los soldados) que no deberían estar haciendo eso”, explica Heily.
Los soldados dijeron a los policías que tenían una prueba de que los jóvenes eran pandilleros. “La prueba era una foto de tres niños abrazados”, relata Heily.
Luego los soldados dijeron que los menores habían participado en la obra de teatro de la resistencia. “Es una historia de cuando Cristobal Colón vino a América que está en el libro de ciencias que es impartida por la educación del ministerio. Yo no veo cuál fue el problema”, dijo Heily.
Henri Fino, director ejecutivo de Fespad, expresó que como mínimo, la Fuerza Armada debería abrir un expediente disciplinario en contra de los militares que participaron en las capturas de los menores. “Eso no es solo una falta disciplinaria, sino un delito”, sentenció Fino.