Salvador Antonio Herrera , un lanchero residente de la Isla El Espíritu Santo, en el municipio de Puerto El Triunfo, fue liberado la noche del 9 de mayo, después de pasar 12 meses en prisión tras ser detenido durante el régimen de excepción.
El hombre de 48 años que se dedicaba a transportar estudiantes desde la Isla hasta el malecón de Puerto El Triunfo fue capturado por soldados de la Fuerza Armada el 13 de mayo de 2022, acusado de asociación ilícita debido a una llamada anónima.
Junto a Salvador fue detenido su hijo y tres lancheros más, quienes, según denunció el Centro de Intercambio y Solidaridad (CIS), no tenían vinculos con pandillas.
DE INTERÉS: “Es difícil celebrar un Día de la Madre cuando nuestros hijos están detenidos"
Los cinco hombres enfrentaron en octubre de 2022 una audiencia de revisión de medidas, pero el juzgado no les concedió la libertad bajo el pretexto que los imputados no tenían los arraigos suficientes, a pesar de toda la documentación presentada por el abogado defensor, explicó Ingrid Escobar, representante del Socorro Jurídico.
Sin embargo, Salvador fue liberado después que fuera sometido a la prueba del polígrafo en el penal La Esperanza, conocido como Mariona.
Salvador luce irreconocible tras salir del penal, pues ahora pesa 53 libras menos, debido a las condiciones inhumanas que enfrentan los detenidos dentro de las cárceles.
El hombre relató que los días más duros fueron mientras permaneció en el penal de Izalco, en los primeros meses del régimen de excepción, donde los presos sólo recibían un tiempo de comida.
Entre el 13 de mayo y el 18 de julio de 2022, un total de 22 hombres, entre jóvenes y adultos mayores, fueron capturados en la Isla, acusados de estar relacionados con las pandillas, a pesar que los residentes aseguran que en ese lugar no hay presencia de esos grupos delincuenciales.
De ese grupo, incluyendo a Salvador seis personas ya fueron liberadas; dos por orden judicial, dos por enfermedad y dos tras prueba de polígrafo.
Según se pudo constatar, en la Isla hay un sistema de seguridad comunitario, en el cual cada persona que ingresa a través del embarcadero debe identificarse, informar hacia dónde se dirige y cuánto tiempo permanecerá en la Isla y debe dejar su documento de identidad, el cual le es devuelto al salir.
Los lugareños explicaron que de esa manera, desde la década de 1980, han logrado mantener su territorio libre de pandilleros o estructuras criminales, por lo que niegan las acusaciones que las autoridades han realizado hacia sus vecinos detenidos.