El caso de la familia Vega destaca entre los habitantes del municipio de Panchimalco. Según los relatos de sus integrantes, cinco años han transcurrido desde que decidieron dejar su vivienda, con el fin de dejar atrás el pasado y protegerse de las pandillas que controlan el territorio donde se encuentra ubicado su antiguo hogar.
Según comenta Martina Vega, (nombre ficticio), hace unos años, su esposo fue asesinado por pandilleros, dejándole como resultado luto e indignación por lo sucedido.
Sumado a la pérdida de su pareja, otros tres hijos de esta mujer fueron asesinados a mano de los criminales. De acuerdo al relato, deja entrever que las muertes de todos sus familiares se dieron debido a que estos, se negaron a ser partícipes de las pandillas que, (aseguran), aún asedian el antiguo lugar de residencia.
Contrario a la esperanza de tranquilidad y seguridad en su nueva vivienda, los Vega se vieron recientemente afectados por los operativos policiales registrados en la zona de Panchimalco.
Como resultado de la implementación de la improvisada política de seguridad pública, ejecutada por el gobierno, dos de los integrantes de la familia Vega fueron detenidos por supuestas denuncias anónimas, en donde se les señala de pertenencia a pandillas.
Según comenta Martina, el primero de los detenidos fue su hijo menor de 17 años, que actualmente cursa primer año de bachillerato general.
La quebrantada mujer, relata con lágrimas en sus ojos, cómo fue la escena de la detención de su hijo menor: “él ya se iba a la escuela, y en ese momento vinieron los policías. Entraron y le dijeron que se quitara el uniforme, porque se lo iban a llevar”, recuerda.
Martina, asegura que transcurridos 15 días de la captura de su hijo menor, los policías visitaron nuevamente su humilde hogar, y en esta ocasión, su hijo mayor, que se dedicaba a trabajar de manera informal para llevar sustento a su madre, fue detenido sin aparente motivo.
La madre de los jóvenes, explicó que previo a la captura, su hijo mayor conversó con los policías, y cuestionó el motivo de la detención.
En respuesta, los agentes comentaron que una persona que se encuentra recluida dentro del penal, acusó a los jóvenes de pertenecer a estructuras delincuenciales.
Por su parte, Martina sospecha que la persona que realizó esa acusación, podría formar parte del grupo delincuencial al que se negaron a pertenecer sus hijos. La otra hipótesis de Martina, es que la acusación la haya realizado algún vecino por rencillas personales.
El relato de Martina, revela que el menor de los muchachos fue puesto en libertad por no tener registros de pertenencia a pandillas. A pesar de la liberación del joven menor de edad, el hijo mayor de la familia Vega tiene cinco meses de mantenerse en prisión, según detallan sus parientes.
Por si eso fuera poco, el joven de 21 años que aún se encuentra detenido en el penal de Izalco, padece de bronquitis crónica, y requiere de cuidados especiales y medicamentos para sobrellevar la enfermedad.
La familia del detenido teme lo peor, pues hasta la fecha no poseen información sobre el estado de salud del joven, y mucho menos conocen detalles del proceso de detención que enfrenta.
Según Martina, lo único que saben es que deben entregar un paquete de higiene y alimentos cada cierto tiempo para hacerlo llegar al detenido.
En cuanto a la salud del joven, la familia enfatiza en que, al momento de presentar el paquete, entregan los medicamentos para el joven, sin embargo, estos son retirados de las pertenencias que serán enviadas al integrante de esta familia.
Víctimas de pandillas y víctimas del régimen
Desde la captura del hijo mayor de Martina, la situación para esta familia es complicada, pues ella apenas realiza siembras de maíz en una pequeña parte del terreno que ahora poseen, debido a que el principal proveedor del hogar se encuentra detenido.
Martina expresa que las siembras que realiza, con esfuerzo le alcanzan para tener siquiera tortillas.
Martina lamenta en gran manera la situación que han tenido que enfrentar desde la muerte de su esposo y demás hijos. Además con la reciente detención de su hijo mayor, ella asegura que no tiene tranquilidad y le preocupa el futuro de su familia, ya que su calidad de vida podría empeorar, pues el alimento escasea en su hogar, obligándola incluso, a vender los últimos animales de granja que le quedaban.