El costo de la Presa Hidroeléctrica El Chaparral fue presupuestado inicialmente en $219,197,700. Ese fue el monto del contrato que la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL) le dio a la firma italiana Astaldi. El contrato era bajo la modalidad “llave en mano”, es decir, que el monto no cambiaría.
En el contrato se estipulaba que la obra debería ser entregada en 2013. El contrato fue otorgado en noviembre de 2008, aunque la primera piedra fue colocada en septiembre de ese mismo año por el entonces presidente Elías Antonio Saca.
Se esperaba que la obra produjera 66 megavatios adicionales al sistema, lo cual aumentaría en un 13 % la generación hidroeléctrica para el territorio nacional.
En junio de 2010, surgieron los primeros obstáculos que comenzaron a retrasar la obra. La empresa alegó problemas causados por fenómenos naturales, con el diseño y las condiciones del terreno, panorama que ocasionó una situación de emergencia causada por el movimiento de la montaña donde se apoyaba el lado derecho del dique.
Ese problema retrasó la ejecución de la obra durante tres años y le costó a los salvadoreños $108.5 millones, producto de un arreglo entre CEL y Astaldi, durante la administración presidencial de Mauricio Funes.
De $219 a $470 millones
El proyecto estuvo parado hasta que en 2015, CEL anunció que se continuarían los trabajos pero que el costo de construcción se incrementaría en 71 millones de dólares por encima del presupuesto inicial. Esto lo dijo el entonces presidente de CEL David López Villafuerte, en una entrevista en Canal 10, el 12 de agosto de 2015.
Sin embargo, fue en ese mismo período presidencial, el segundo del FMLN, cuando se afirmó que terminar la obra tendría un incremento significativo y podría llegar a $470 millones, porque se calculó mal parte de la estructura e incluso los diseños originales.
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Bukele tampoco ha cumplido
Con la llegada de Nayib Bukele al gobierno, este consideró descartar la continuidad del proyecto, debido a los cientos de millones que ya se habían invertido sin lograr terminar la presa.
El 12 de agosto de 2019, a poco de haber tomado las riendas del gobierno, Bukele aseguró que la construcción de la presa El Chaparral costaría más de 700 millones de dólares.
“La presa debió costar menos de $200 millones, pero los últimos dos gobiernos renegociaron en $700 millones. Negociaron violando la ley con una empresa que luego transfirió parte de ese dinero a un spa de la esposa de un nicaragüense. Cientos de millones de dólares a la basura”, acotó Bukele en Twitter.
Semanas antes, el actual presidente de CEL, Daniel Álvarez, había dicho que debido al retiro de Astaldi y al replanteamiento del proyecto, la obra terminará costando $759.4 millones. Eso lo dijo el 17 de septiembre de 2019.
El 14 de abril de 2020, la Junta Directiva de CEL, mediante el Punto IX de la Sesión 3906, hizo una declaración de urgencia de la continuación del proyecto de la presa El Chaparral, con la cual se autorizaba la “contratación directa por invitación, todos los bienes, servicios, obras y consultorías necesarias para la continuación y culminación de dicho proyecto”.
Bajo esa modalidad, es decir, con esa declaratoria de urgencia que avala contratar de forma directa, CEL pretendía que la obra estuviese terminada y en funcionamiento, en 2021. Pero eso no fue posible.
Posteriormente, en julio de 2022, el presidente de CEL afirmó que para finales de 2022, El Chaparral ya estaría generando energía y, obviamente, la obra estaría terminada, por fin.
Para esa fecha también tendrían que estar finalizados la construcción de dos puentes y 19 obras de servicio social para las comunidades aledañas al embalse.
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En septiembre de 2022 comenzaron a llenar el embalse, sin embargo fue vaciado de emergencia debido a graves filtraciones en el dique y otras partes de la obra, para lo cual se hicieron una serie de contratos para hacer reparaciones.
Sin embargo, como el actual gobierno ha puesto bajo reserva todos esos contratos, los salvadoreños no saben si el costo de la obra se mantiene en $759.4 como lo dijo Álvarez en septiembre de 2019, o si se ha incrementado mucho más.
Lo cierto es que la presa aún no está terminada, no genera energía y las comunidades aledañas al embalse siguen esperando los dos puentes y las 19 obras por las cuales, CEL le entregó 14.9 millones de dólares a la empresa mexicana Contratista General de América Latina, que se abrevia CGAL, misma que le debe 1.2 millones de dólares a micros y pequeños empresarios a los que subcontrató sin firmar ningún documento.