José Marcelo Sibrián, de 62 años, fue capturado el pasado 29 de noviembre, mediante orden administrativa girada por la Fiscalía General de la República (FGR), que lo acusa del delito de feminicidio agravado en contra de su compañera de vida.
El hecho por el cual el pasado 2 de diciembre enfrentó la audiencia inicial fue cometido contra María Teresa Martínez de Sibrián, de 56 años, en el cantón Los Sitios, del municipio de Nueva Trinidad, departamento de Chalatenango, el pasado 22 de septiembre. La decisión del juzgado fue enviarlo a prisión preventiva, según fuentes judiciales.
José Marcelo, una persona con discapacidad visual, según algunos de sus parientes, ya había sido capturado y señalado de ser responsable del feminicidio contra su esposa. Eso dijo la Policía Nacional Civil (PNC) horas después de hallar el cadáver de María Teresa.
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“José Marcelo Sibrián, es el responsable del homicidio registrado ayer en Nueva Trinidad, Chalatenango. Fue capturado la tarde del jueves, tras asesinar a su compañera de vida, María Teresa Martínez de Sibrián. Le espera 50 años en la cárcel. Ningún delito quedará impune”, escribió la PNC en su cuenta de Twitter el 23 de septiembre.
Pero a pesar de tales señalamientos, el hombre no fue acusado de ningún delito en esa ocasión, por lo que recuperó su libertad.
Familiares tanto del acusado como de la víctima, contactados por El Diario de Hoy, informaron que este viernes en la tarde, José Marcelo enfrentó la audiencia inicial en el Juzgado de Paz de Nueva Trinidad, donde le decretaron detención provisional.
Las fuentes, a pesar del vínculo familiar, dijeron que anhelan justicia, que la muerte de María Teresa no quede en la impunidad y que se castigue a quien resulte responsable; no obstante, advirtieron que por la condición de salud de José Marcelo, no creen que él haya asesinado a su esposa, cuyo cadáver tenía signos de tortura. Según el Instituto de Medicina Legal, ella fue asfixiada.
La discapacidad visual del ahora imputado consiste, según sus familiares, en que no ve con claridad, no distingue, sino que solo ve bultos en el caso de personas y animales. Es lo que se conoce como cegata.
Las fuentes dicen estar seguras de que en el feminicidio de María Teresa podrían estar involucradas dos personas más, un hombre y una mujer, quienes eran conocidos tanto de María Teresa como de José Marcelo.
En el peor de los casos, afirmaron las fuentes, José Marcelo no habría cometido el hecho por sí solo. El hombre y la mujer sospechosos fueron vistos rondar la casa antes de que María Teresa fuera asesinada.
“Sí, claro, hubo la participación de esas otras personas. Espero que la Fiscalía actúe temprano con esas otras personas”, afirmó un familiar de la víctima y del acusado.
De momento, las fuentes dijeron desconocer si la Fiscalía y la Policía han considerado poner bajo investigación a esas personas cuyas identidades ya tienen.
“Nosotros, los hijos, queremos justicia. Hay bastante información y hasta el momento aún no hay nada (que les indique) que la ley haya actuado. Esperamos que estén haciendo bien las cosas para dar con los hechores”, afirmó un hijo de la víctima y del acusado, que vive fuera de El Salvador.
“Yo, como hijo de la víctima, quiero justicia y que paguen las personas que cometieron eso con mi mamá, no importa que sea mi papá; que caiga quien tenga que caer; que (les) caiga todo el peso de la ley”, añadió.
De acuerdo con familiares, los asesinos de María Teresa robaron dinero en efectivo, prendas de valor y documentos que amparan la propiedad del ganado de la familia.
El otro caso: el “novio” de la víctima
Dos semanas después del feminicidio en Nueva Trinidad, en el cantón Las Trancas, municipio de Ozatlán, departamento de Usulután, fue asesinada Fátima R., de 18 años.
Igual que en el caso de Nueva Trinidad, la Policía capturó a un pandillero con quien la joven había tenido una relación, según confirmaron a El Diario de Hoy, familiares de la víctima.
Entonces, la PNC ocupó el mismo discurso que había plasmado en el tuit del 23 de septiembre, cuando anunció la captura de José Marcelo Sibrián en el caso de Chalatenango.
“Ayer se registró el homicidio de una joven en Ozatlán, Usulután y esta mañana capturamos al responsable, se trata de: Víctor Manuel Cruz, alias el Pirú, terrorista de la MS13, quien tenía una relación sentimental con la víctima. Le esperan más de 50 años de cárcel”, escribió la PNC en Twitter el 6 de octubre.
La publicación generó comentarios que alababan la rápida acción policial. Incluso familiares de la víctima en el exterior agradecieron a la corporación policial, en tanto que órganos de propaganda del gobierno destacaron: “rápida acción policial permite captura de feminicida en Usulután”.
Sin embargo, igual que ocurrió en el caso de Nueva Trinidad, de acuerdo con fuentes judiciales y a familiares de la víctima, hasta mediados de noviembre, Víctor Manuel Cruz no había sido acusado en el Juzgado de Paz de Ozatlán por el delito de feminicidio, aunque continuaba en prisión por asociaciones ilícitas, es decir, por su pertenencia a pandillas.
En torno al asesinato de Fátima, según familiares, hay muchos cabos sueltos aún; pero la mayoría de parientes sospechan que quien la mató no fue Cruz, sino otro hombre al que identifican como Nelson M.M., pareja sentimental de la madre de la víctima.
De momento, las autoridades han dicho a familiares que “están investigando” quién fue el asesino, pues además de Víctor Manuel Cruz y Nelson M.M., hay otros detenidos.
Familiares de Fátima dijeron estar molestos porque la Policía aseguró que la joven era novia del pandillero que capturaron al día siguiente del feminicidio, lo cual generó que la joven fuera revictimizada en redes sociales.
La familia explicó que Cruz “le hablaba” a Fátima, incluso intentó violarla dentro de un motel, pero la joven opuso resistencia y el hombre optó por abandonarla dentro de la habitación. Pero eso fue hace aproximadamente seis meses antes del crimen, afirmaron.
Familia sospecha de padrastro
El día que Fátima fue asesinada, minutos antes la vieron que estaba hablando por teléfono, en el inmueble donde viven varios familiares (madre, tíos, tías, abuela, etc.). Eso fue aproximadamente a las 7:00 p.m. La vieron cerca de la casa que habitaba la madre de la joven con Nelson M.M.
Como a las 8:30 p.m. fue que encontraron a la joven. Estaba como sentada, con un golpe en la cabeza, aparentemente con algo como un ladrillo, y una herida profunda en el cuello. La madre corrió a avisar a sus demás familiares, pero Nelson pareció no inmutarse, a pesar de que era la hija de su pareja.
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Cuando la policía llegó a la escena, Nelson M.M. señaló directamente a Víctor Manuel Cruz como el responsable, debido a que meses antes, supuestamente la había amenazado por no haber aceptado la relación con él.
Nelson y Víctor Manuel se conocían, incluso apostaban en peleas de gallos, según aseguran familiares de la joven asesinada.
Algo más que abona a las sospechas de la familia es que el teléfono de la joven fue encontrado tirado en un lugar donde también hallaron una camiseta muy similar a una que tenía Nelson M.M.
Esta persona ejercía violencia contra la madre de Fátima. Ella asegura que consumía alcohol y cocaína. Cuando agredía a la mujer, la incitaba a que gritara y llamara a sus familiares, mientras le decía que, si llegaban, los iba a matar.
Poco antes de que Fátima fuera asesinada, se había suscitado un problema entre ella y Nelson M.M., a raíz de que éste le quebrara adrede un teléfono celular.
Familiares y vecinos de la víctima aseguran que ningún perro de la familia ladró a la hora del crimen, lo cual les hace sospechar que fue alguien a quien los perros conocían y no un extraño.
De momento, la familia de la joven piden que se agilicen las investigaciones para que el crimen contra Fátima no quede en la impunidad, pues de momento no hay nadie acusado concretamente por ese feminicidio.