Cuando Nayib Bukele lanzó la reforma educativa en septiembre de 2022, explicó que uno de los pilares clave era recortar la llamada “brecha digital”, y que para ello iban a enfocarse en dotar de tablets y laptops a estudiantes y docentes, desde parvularia hasta bachillerato.
Esta entrega ha sido efectiva y, de acuerdo con el sindicato Bases Magisteriales, se ha logrado prácticamente al 100% dentro del territorio nacional.
Pero hay tres poderosas razones que, en el caso de Morazán, están provocando poco uso de estos equipos: falta de energía eléctrica y, sobre todo, ausencia de servicio de internet y baja señal de telefonía.
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“Hay muchísimo problema. La cobertura telefónica y el internet no da. Cuando hemos tenido que hacer pruebas Avanzo, hay que moverse a otro lugar para buscar señal, tanto de teléfono como de internet, y aquí son los padres de familia los que tienen que poner el saldo para que los estudiantes tengan acceso”, explica una profesora del C. E. San Miguelito.
Como la energía eléctrica deficiente es pan del cada día en esta zona rural de Morazán, varios estudiantes optan por llegar a cargar sus teléfonos y computadoras en la dirección de la escuela; otros se movilizan a algunas comunidades cercanas donde hay energía, para cargar los equipos.
“Por el mismo problema de la energía, internet y señal telefónica, el uso es bien mínimo. La laptopt o tablet se usa una vez por semana, no como lo requiere el Ministerio de Educación, que se haga con mayor frecuencia, pero en la realidad de nuestra comunidad no se logra”, comenta la docente.
Pero, incluso en esas condiciones, tener el equipo a mano ha cambiado la forma de aprender para jóvenes como G. H., de noveno grado, quien explica con ilusión que ocupa su laptop “para venir a hacer proyectos de ciencias, esta vez la vamos a necesitar para hacer un proyecto grande, de sociales, que es del antiguo Egipto. Lo hice con mi compañero en papel, entonces lo voy a elaborar en la computadora”; también harán otro de clasificación de los alimentos.
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G. H. agradece que “cuando tengo dudas de mi tarea, ahí averiguo, en Internet”, y comenta que tiene la ventaja de contar con planta de energía solar en su casa, para poder cargar su computadora portátil. “Es algo que ha cambiado para mí, antes no podía averiguar rápidamente” de los temas que está aprendiendo, explica el alumno, quien planea continuar su carrera académica cursando bachillerato general en Cacaopera.
Pero tener la computadora a mano, no es suficiente. Juana del Carmen Ramírez, madre de dos alumnas del C. E. El Salamo, confirma que cada una tiene su tablet, pero “no la traen a la escuela casi, en un mes la traen unas tres veces, solo cuando la maestra les dice”; además “no pueden usar Internet ahorita, solo la ocupan para juegos o cosas que ellas puedan aprender, trae juegos de las partes del cuerpo, ahí va mencionando cada parte, para qué sirve, todo eso”.
Una de las maestras del C. E. El Salamo confirma que ocupan con poca frecuencia los equipos tecnológicos. “Cuando toca dar clases con la tecnología, aquí se ve cómo hacen los niños para traerlas cargadas” debidamente, pues “no tenemos internet y la energía por momentos es flaca, digamos, de repente se va, viene a los días”.
El Ministerio de Educación ha informado que está colocando servicio de internet satelital en varias escuelas a nivel nacional, para que la comunidad educativa pueda optimizar el contar con las laptops y tablets. Sin embargo, por ahora, estas dos escuelas de Cacaopera no han sido parte de este beneficio.