El pasado 3 de febrero, el Kremlin revocó las credenciales del personal de la cadena de noticias alemana Deutsche Welle (DW).
Asimismo, el gobierno ruso afirmó que estaba iniciando un proceso para designar a la DW como un medio de comunicación extranjero que ejerce las funciones de un “agente extranjero”. Esto le podría traer un escrutinio diferente y hasta consecuencias legales al medio en cuestión.
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Ese mismo día, la Duma (cámara baja del Parlamento ruso) impidió el acceso a los periodistas de DW a sus instalaciones y prohibió que reciban invitaciones o acreditaciones para sus diferentes eventos.
Para el director general de la Deutsche Welle, Peter Limbourg, “este es otro signo de que el gobierno ruso no está interesado en la libertad de prensa y la libertad de expresión”.
Además adelantó que aun si deben abandonar el país, van a intensificar su reporteo sobre la situación Rusia. “No vamos simplemente a ignorar lo que pasa en Rusia, lo vamos a reportar. Y lo haremos más y más”, adelantó.
Esto sucede poco después de que un regulador alemán prohibiera la programación del medio de propaganda del Kremlin Russia Today (RT). Sin embargo, a juicio del director de DW, esto no es una medida equivalente, pues al personal ruso de RT trabajando en Alemania se le permitirá continuar sus labores, mientras que a los miembros de DW se les ha retirado su credencial.
La misma cadena DW citó declaraciones del Ministerio de Relaciones Exteriores alemán, el cual advirtió que “las medidas que el gobierno ruso ha anunciado en contra de la Deutsche Welle no tienen ninguna base y representan una nueva tensión en la relación entre Alemania y Rusia”.