El lago de Coatepeque, en Santa Ana, mantiene en estos días la concentración de algas muertas en su superficie, y eso provoca coloración marrón y olor desagradable cuando la misma llega a las orillas.
La sensación es tan desagradable para los turistas y lugareños que más de alguno lo asocia a heces humanas, pero la realidad es que el fenómeno es causado por las algas y el incremento de la temperatura en el agua de ese lugar.
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“Desde hace unos cuatro años hemos observado el aparecimiento de estas microalgas en la superficie del lago, básicamente son las mismas cada año. Ocurre cuando la estratificación del agua llega a la superficie y esas algas se alimentan, reproducen y mueren. Lo que flota en la superficie es esa alga muerta que se acumula en las riberas del lago”, explicó Alejandro Villacorta, director ejecutivo de la Fundación Lago de de Coatepeque, FundaCoate.
El fenómeno natural
Esta es la segunda vez que se registra dicho fenómeno en lo que va del año; la primera ocurrió en enero y se extendió por varias semanas.
“El estudio más reciente realizado por el Laboratorio de Toxinas Marinas (LABTOX-UES), de 21 de abril, indica que las algas son de la especie limnoraphis y microcystis. La presencia de la primera es de 9,000 unidades por mililitro y la segunda de 20 millones por mililitro”, expuso Villacorta.
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Esos valores, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), representan un nivel bajo de riesgo moderado/alto para bañistas.
Los pobladores han reportado dicho fenómeno, en esta ocasión, desde semanas atrás; algunas versiones se remontan hasta antes de la Semana Santa.
El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el pasado 29 de abril, informó en Twitter que sus técnicos habían identificado mayor concentración del fenómeno en las zonas conocidas como Bajadero e Infiernillos.
“Recomendamos a la población no hacer uso doméstico ni para riego del agua mientras permanezcan estas condiciones”, escribió el MARN durante esa oportunidad en redes sociales.
El biólogo e investigador de la Universidad Francisco Gavidia, Enrique Barraza, explicó que el cambio de temperatura en el agua en el Lago de Coatepeque se debe en gran medida a la entrada de la época lluviosa.
“El color café se debe a los pigmentos que tienen esas algas microscópicas, esos pigmentos cambian de color para capturar la luz del sol, no son verde como es lo usual sino que cambian a café por alguna circunstancia ambiental o variedad genética de esas microalgas”, expresó Barraza.
El cambio de temperatura del lago ha quedado evidencia con la toma de muestras.
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Por ejemplo, la primera semana de diciembre del año pasado, la Fundación Coatepeque y la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), realizaron análisis del agua y detectaron que había bajado a 24 grados centígrados, cuando el parámetro normal, y que había experimentado los meses anteriores, fue entre los 27 y 28 grados.
Semanas después, ya en enero, se registró el cambio de coloración a café en las aguas de este espejo de agua.
Barraza llamó a la población que planea hacer uso turístico del lago a estar pendiente del desarrollo del fenómeno; sostuvo que un gran indicador es la observación de los peces, más si estos aparecen muertos a la orillas del lago.
Tanto Barraza como FundaCoate coincidieron en el llamado al Ministerio de Medio Ambiente ha establecer estudios constantes en el manto acuífero de Lago de Coatepeque, los cuales permitan el registro diario de parámetros físicos y químicos.
El objetivo básico es conocer a detalle y con respaldo científico el origen de los fenómenos que se observan en el lago.
Las dos veces que el fenómeno actual se registró el año pasado fue a inicios y a mediados; es decir que en el 2022 ha ocurrido en un tiempo reducido.
