Para ayudar a cruzar el río a sus nietos, Víctor Manuel Ventura los acompaña todos los días de escuela y los carga uno a uno sobre sus hombros para que no mojen los zapatos y el uniforme .
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"Siempre vengo a dejarlos y traerlos porque no toca de otra. Da lástima que un niño se ahogue. Tengo otra muchacha (hija) de 16 años que cruza el río a mediodía, aunque esté lleno ella se tira en lugar de ir a dar la gran vuelta", explica Ventura, de 70 años de edad.
Padres de familia solicitan pasarela para que sus hijos puedan cruzar el río seguros y llegar hasta el centro escolar del caserío El Retumbo en el cantón El Tizatillo. Video EDH/ Iliana Ávila
El Centro Escolar caserío El Retumbo, se encuentra en el cantón El Tizatillo, en el municipio de San Alejo, La Unión. Y atiende a 170 estudiantes que cursan desde parvularia hasta 9 grado. El 99% de los alumnos deben cruzar el río para llegar hasta la escuela, ubicada a menos de una cuadra del afluente.
En diversas ocasiones la comunidad ha solicitado la construcción de una pasarela para evitar una tragedia ante las crecidas del río, ya que en invierno el caudal aumenta; incluso con las torrenciales lluvias, el río se ha desbordado de tal forma que sus aguas ingresan al centro escolar, dañando material didáctico y muebles.
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Miembros de la comunidad educativa y la población comentan que en los últimos cuatro años han solicitado en cinco ocasiones la construcción de la pasarela, las peticiones fueron hechas a la alcaldía, instituciones internacionales y locales; pero hasta la fecha no han obtenido respuesta.
Ventura dice que un maestro le confesó que tiene sus pies heridos y lastimados por el filo de las piedras que se encuentran en el lecho del río.
“Como se quita los zapatos para pasar el río, me enseñó los dedos todos cortados los anda, en yina andaba porque no aguantaba los zapatos; y caliente el cuerpo venirse a meter al agua es malo, además este río es bravísimo”, dice Ventura.
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Juana Estela Ayala viaja desde otro caserío, junto a otras madres de alumnos, para ayudar a sus hijos y otros niños a cruzar el río.
“Necesitamos una pasarela para nuestros hijos. Se han solicitado la pasarela pero no quieren ayudar; si pudieran ayudarnos, no la gran pasarela, pero para que pasen nuestros hijos, así nosotros estaremos conformes de que ellos estén bien”, expresó Ayala.
Wilfredo Cárcamo, miembro de la comunidad, recuerda que “algunos alcaldes y uno que salió ya tiempito, prometió la pasarela y aún no la han hecho”; esta situación preocupa a los padres quienes continua a la espera de una obra que contribuya con el derecho a la educación que tienen sus hijos.