“Fueron las tres estimaciones (pagos por avance de obra) que le pagaron a usted, lo tengo documentado y están en las cuentas bancarias donde se le pagó a usted (Silva Pereira)”, le respondió un testigo al exdiputado Roberto Carlos Silva Pereira, cuando éste último le reclamó el por qué no le había dado el último pago.
Este testigo era el representante legal de la empresa Desarrollo Civil S.A. que fue contratada en 2005 por la alcaldía de Acajutla, Sonsonate, para la remodelación del mercado 2 de ese municipio. El contrato se realizó bajo la mediación de Silva Pereira, según la Fiscalía General.
El primer pago que García le dio a Silva fue de $226,000, luego le entregó $100,000 y después $186,000, según su testimonio en el juicio que se le sigue a Silva Pereira por el supuesto lavado de $14 millones.
“Esta fraudulenta forma de actuar tuvo lugar a través de un acuerdo previo entre el testigo y Silva Pereira. Éste último le propone que participe con la sociedad, pero que todo está arreglado y que la sociedad que va a ganar va a ser la del testigo, para que aparezca en papeles que la alcaldía le da el proyecto a esta sociedad. Inmediatamente después la sociedad del testigo hace un subcontrato a nombre de la sociedad de Silva Pereira. La ganancia del testigo iba a ser de $60,000”, según el fiscal del caso.
El testigo aseguró que los tres cheques que emitió la alcaldía a favor de su empresa fueron retirados por Silva Pereira, y éste se los llevaba al testigo para que los depositara en la cuenta de la empresa contratada (Desarrollo Civil), pero diez minutos después, el testigo emitía otro cheque por la misma cantidad de dinero a favor de Silva Pereira.
La Corte de Cuentas emitió una serie de reparos e irregularidades porque solo se tuvo un 80 por ciento de avance de la obra. Fue entonces que la empresa del testigo tuvo que finalizar la remodelación del mercado por ser la empresa contratada por la alcaldía.
Al final no recibió los $60,000 que según el testigo tenía que haberle dado Silva Pereira.