Iniciar un negocio con pocos recursos económicos y sin experiencia alguna fue la difícil decisión que tomó Janyce Girón, hace cuatro años, cuando en el contexto de la pandemia por Covid-19 y la cuarentena domiciliar obligatoria tuvo que cerrar su venta de zapatos en el Centro Histórico de San Salvador.
Girón, al igual que muchas personas, se quedó sin una fuente de ingresos en el 2020 y presionada por los momentos duros, desesperación e incertidumbre de qué hacer; pues tenía que cubrir un préstamo de inversión que había hecho en el banco para su venta en el centro capitalino, emprendió en un nuevo rubro.
Con ingenio y determinación, comenzó con la elaboración de postres para vender a su familia y amigos, los cuales elaboraba en el horno tostador de su casa. Meses después, la demanda de sus productos se fue expandiendo y Gerardo Minero, su esposo, le obsequió una cocina a gas con horno para que su trabajo fuera más cómodo.
Lee además: “Home Made”, un emprendimiento con sello vicentino
“Cuatro meses antes de la pandemia había sacado un préstamo para invertir en mi venta de zapatos. Justo cuando declaran cuarentena recién había recibido la mercadería y se quedó atrapada en el puesto del centro. Así que quedarme de brazos cruzados no era una opción y empecé a elaborar postres en el horno tostador de mi casa”, recuerda la salvadoreña de 31 años.
Las recomendaciones se fueron expandiendo hasta que decidió abrir una página en Facebook y arrancar de lleno con el negocio de venta de postres en línea, al que bautizó como "La Casa de los Postres".
Posteriormente, el giro del negocio de esta joven evolucionó; ya que las exigencias de sus clientes fueron creciendo. En ese momento, pensó en ¿cuál sería un regalo perfecto, que le gustaría recibir a cualquiera? "Un detalle personalizado", concluyó.
Te puede interesar: Mujeres crean moda para escapar de la realidad
Bajo este concepto, la tienda en línea de la salvadoreña pasó a llamarse ¡Qué bonito! y, ahora, se especializa en regalos personalizados, que incluyen especiales fresas con chocolate, elaboradas según la temática que el cliente solicita y entregadas en peculiares empaques, como: cajas en forma de Flork, personajes animados, de diferentes formas y colores.
"Cuando mis clientes fueron creciendo, me fueron pidiendo detalles más especializados; por lo que, redefiní el rumbo de mi negocio y me inscribí en un curso para perfeccionar las técnicas y con la ayuda, también, de videos tutoriales he ido avanzando e innovando con mis detalles. Los Flork son de mis pedidos más solicitados", menciona.
De esta manera, Girón divide su tiempo entre su emprendimiento, desde elaborar los arreglos hasta el manejo de redes sociales y la entrega de los mismos; su hogar, donde cada día se levanta a las 5:00 de la mañana para realizar las tareas de casa; y ser madre de un niño de cuatro años, a quien dedica con todo su amor tiempo de calidad.
Sobre ¡Qué bonito!
El concepto de la marca local está lleno de creatividad y buen gusto. Además de hacer una minuciosa selección de fresas, toda su materia prima llena los estándares de calidad. Chocolate tradicional o chocolate blanco, son las opciones de cobertura de las fresas. En cuanto a los toppings, se puede optar por maní, sprinkles de colores y brillantinas comestibles.
A la vez, diseña patrones con chocolate que pueden ser pintados de cualquier color y para que cada regalo sea más especial y único también ofrece la opción de agregar letras hechas de chocolate. Los precios que maneja van desde los $8.00 y varían por tamaños, estilos y personalizado.
De acuerdo con la emprendedora, su proyección es llegar a tener un espacio físico al que sus clientes puedan llegar a comprar sus productos. Al momento, la entrega de estos es bajo tres dinámicas: personalizada en domicilios, lugares de trabajo o centros comerciales.
Mientras que, los pedidos se pueden realizar llamando al 6206 7208, a través de WhatsApp o por medio de sus redes sociales: en Facebook e Instagram como @quebonito.regalossv. Actualmente, tiene disponible la colección especial para el Día de la Madre.
“Qué bonito se siente ver que todo el esfuerzo de uno tiene resultados y los clientes están satisfechos con que lo que ven en la foto es lo que se les entrega. Qué satisfacción se siente al ver todo eso porque como cuesta que a un emprendedor le valoren el trabajo; pero por la misma pasión que se le llega a tener al trabajo hace que uno lo disfrute y esa es la satisfacción”, finalizó Janyce.
