El general en retiro Mauricio Vargas critica el protagonismo que el presidente Nayib Bukele le ha dado al Ejército-como conducir las rutas de microbuses de la 42 de la que tomó control el estado, o incluso combatir la plaga de langostas en 2020, hasta el punto de-asegura-inmiscuirse en política.
Asegura que el alto mando de la institución castrense debe revisar su actuación de cara al espíritu de los Acuerdos de Paz y la Constitución de la república.
¿Cómo ve el papel de la Fuerza Armada en este momento?
¿Qué pasa con la Fuerza Armada? Tenemos que irnos al 9 de febrero de 2020, donde ya con el beneficio del tiempo transcurrido podemos asegurar que el 9 -F iba a ser un primero de mayo(de 2021). El 1 de mayo fue cuando Nuevas Ideas destituyó a la Corte Suprema de Justicia. Como no concurrimos…tenían todo el dispositivo que estaba en San Salvador: en el parque Centenario había concentraciones de soldados. Ingresa la Fuerza Armada con armamento a la toma de la Asamblea. Es una desnaturalización, esto no puede ser. No debería de suceder, porque el funcionamiento de la institución armada no se debe a una persona. Su actuación tiene límites que le pone la Constitución y las leyes. La obediencia no es una obediencia ciega, arbitraria, tiene límites. Pero ese límite ha sido rebasado el 9 de febrero (de 2020).
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¿Es un mensaje a los militares?
La persona que rompe la ley que se someta y sabe los costos. Estoy hablando de la institucionalidad, el cuestionamiento de la institución. Es la hora que recapacitemos y nos pongamos a la tarea de enmarcar nuestras acciones en el respeto a la Constitución. El respeto y confianza que la institución trató de colocar a partir de estos Acuerdos de Paz. No podemos ser un taxi del poder: ‘venga, hágame una carrera, ¿cuánto me cobra?’. Eso no puede ser.
¿A quien se refiere cuando habla de taxi?
No nos pueden usar a la institución armada como un taxi..
¿Y este gobierno está usando a la institución armada como un taxi?
Es evidente. Si no lo queremos ver…No se justifica, no hay nada que justifique en el momento actual ese quehacer en el marco de la Constitución. No hay nada. Hablemos que hay un mal uso del principio de empleo institucional, y se está como en un principio de empleo institucional del pasado.
El pasado se parece demasiado al presente. No hay ninguna legalidad que legitime lo que se está haciendo. Pero no es la institución, es el poder político que lo está usando de esa manera. Y es la jerarquía política militar que está llevando a esta acción. Llamémosle así para decirlo de una manera más llana: el alto mando de la Fuerza Armada en su conjunto. Cuando sucedió la pandemia ví un tuit que decía: ‘A sus órdenes señor presidente, estamos listos aún a costa de nuestra vida’.
¿Un tuit del ministro de Defensa?
Claro. Y a todo mundo le parece normal, pero a mí me entristece porque yo vengo de donde …de ese pasado que hay que desecharlo. La institución castrense no puede entrar en componentes políticos o ideológicos que son propios de la sociedad civil, porque esa categoría es la que nos llevó a 12 años de conflicto y 75 mil muertos. Eso porque estuvimos inmersos en el campo político ideológico, en el campo social.
Hacer la guerra es una tarea militar. Hacer la paz es una tarea política. Jamás, se va a lograr la paz por la vía militar. Hay victoria, claudicación de la otra fuerza, pero la paz…
¿Pero esta es una guerra contra las pandillas?
Contra lo que sea.
Estamos sumamente en contra de las pandillas, todo tiene que ser en el marco de la Constitución. Cada chango a su mecate, o sea, militares conduciendo buses... ¡no¡, arriando chapulines…y el ingrediente que es diferente a lo del pasado es que estos no utilizaban una estrategia de propaganda, sino que fueron ineficientes en el control de la violencia, pero no fueron mentirosos.
¿Manda un mensaje a sus compañeros militares?
¿Cuál es el mensaje que quiero mandarle más que todo a la sociedad militar?
Recuerden a Manuel José Arce: ‘El Ejército vivirá mientras viva la república’. Respeta la Constitución, respeta las leyes, respeta la separación de poderes, cada uno a lo suyo, porque comportándose así se justifica la existencia institucional.
Comportándose a la inversa no se justifica la existencia de la Fuerza Armada, porque ya no es la república, es un populismo, es una arbitrariedad, es un autoritarismo. Ya no es Fuerza Armada, es una guardia pretoriana.
Saber entender y aprender de la historia. Ese recorrido nos llevó de una manera muy fuerte a que como hemos vivido las dos etapas. Sentimos, vemos cómo el pasado se parece demasiado al presente. Y me atrevería a decir que quizás con una potencia mayor. Es uno de los factores, solo así no es de ninguna manera saludable por ningún motivo la sumisión institucional no cabe.
Hay que hablarle con claridad al poder. Somos una institución permanente al servicio del Estado. Servimos al gobierno del gobierno, pero no al partido político del gobierno, la Fuerza Armada en un término de rigor académico es como un fiel de una balanza.