Mauricio Ernesto Vargas, general en retiro, exdiputado y firmante de los Acuerdos de Paz, admite que los gobiernos desde los Acuerdos de Paz no han sido eficaces en contener el problema de la violencia y la inseguridad, pero usa esa misma crítica para afirmar que las medidas excepcionales aprobadas desde el fin de semana por la bancada del presidente Nayib Bukele son más de lo mismo.
Como militar que vivió en tiempos de guerra y paz, está convencido además de que la militarización de la seguridad pública no es la solución al problema, sino que se requiera de políticas públicas de seguridad las que se pongan sobre la mesa.
paso, critica además el papel protagónico de la Fuerza Armada en la vida nacional y les envía un mensaje a sus colegas uniformados en torno a la misión de la institución castrense.
¿Qué opina de las medidas aprobadas por Nuevas Ideas esta semana sobre la seguridad?
El problema es que no se le puede estar poniendo remiendos a un traje nuevo. No calza. El problema no son las medidas per sé, son las medidas aisladas. Son proyectos de ley y hay maneras de desarrollar un proyecto de formación de ley: máxima publicidad, discusión, participación de los que hacen la ley como los usuarios de esa ley. Y los que puedan ser afectados o puedan ser conocedores de esa ley, la parte académica, la parte jurídica. (Anuncian) Dos mil y pico de capturados. Eso me suena más a redada. No digo que no hay mareros ahí, pero es redada. Cuando se implementa una ley tiene que tener los medios para hacerla cumplir. ¿Cuál es la capacidad instalada?
¿Entonces critica la falta de análisis de las medidas aprobadas por la Asamblea?
La Asamblea es una oficina extensión de Casa Presidencial. De las 200 y pico de reformas aprobadas en el primer año casi noventa llegaron del Ejecutivo. Quien más decretos tiene es la comisión de Hacienda. De ahí la que más le sigue, si la dispensa de trámite fuera una comisión, sería la que iría después de Hacienda y no las otras comisiones. En 11 meses de esta Asamblea no han visto ninguna medida de políticas públicas de seguridad.
¿Son parches entonces?
Es más de lo mismo. Medidas represivas y más dinero, pero no hay una visión integral que tenga el esquema de prevención, rehabilitación y reinserción, por tanto, vamos a esperar lo que hizo (Francisco) Flores, lo que hizo (Antonio) Saca, Mauricio Funes, (Salvador) Sánchez Cerén, pero hasta ahí nomás, el problema de seguridad siguió igual. Porque no hubo políticas públicas claras y el que más se asemejó a políticas públicas claras fue Sánchez Cerén con el plan El Salvador Seguro. ¿Pero de qué sirve escribirlo si no lo llevan a cabo? ¿De qué sirve un plan integral si van a hacer una tregua con las pandillas? No tiene sentido.
¿Qué opina del estado de excepción?
El estado de excepción no tiene proporcionalidad. (La situación) per sé no es causal para estado de excepción, porque la causal es la perturbación del orden público. El estado de excepción es la medida más extrema que debe tomar un político y un jurista, porque está suspendiendo las garantías individuales. ¿Por 70 mil mareros vamos a castigar a 6 millones de habitantes? ¿Hay proporcionalidad?
Si no hay integralidad con políticas públicas de seguridad para el abordaje de las maras no vamos a tener nada. Si no hay rendición de cuentas ni transparencia, todo opaco, reservado y están dándose cantidades industriales de millones de dólares con la crisis económica, endeudamiento, crisis fiscal, vamos a tener una violencia social.
¿Qué opina de la militarización de la seguridad?
Ocurrió desde la pandemia. Los centros de contención, el cierre del aeropuerto, los centros de contención que más parecían campos de concentración en algún momento, el polideportivo, etc. donde era algo impresionante. Ya veíamos la actividad y participación de la Fuerza Armada metida en esos componentes y en esas estamos.
Aunque desde la época de Francisco Flores se militarizó la seguridad…
Indiscutiblemente, porque las medidas son más draconianas y el problema no está en el tamaño de la militarización, aunque es mayor. Y no lo hablemos desde un punto de vista ideológico, como si uno no quisiera al presidente. El presidente es un ciudadano más y no tenemos por qué quererlo ni por qué odiarlo. Él está para servir. La Fuerza Armada tiene ahora 9 mil miembros en apoyo al programa Control Territorial.
En los gobiernos anteriores sí se militarizó, pero eso llevémoslo a la situación actual, porque ese ya es pasado. Pero en el pasado no nos hablaban de plan control territorial, no había esas cantidades exorbitantes de dinero. Los períodos más fuertes de dinero son los de Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén. En 10 años se colocaron 8 mil millones de dólares en la seguridad. Saca habló de la mano amiga, el otro habló de la mano dura, la mano súper dura y la mano ultra dura, pero lo que estamos viendo del Plan Control Territorial es un collage de las mismas medidas con dos componentes básicos que son: represión y militarización. Eso es lo que está presente, no hay más.
Esta situación preocupa porque si lo anterior no resolvió el problema, sino que lo incrementó, esto que es un collage de lo mismo no va a resolver el problema de la violencia. No hay un acercamiento integral de la violencia y eso, definitivamente, es problemático.
¿Cómo debe ser entonces?
El acercamiento debe tener cuatro componentes básicos: la represión, la prevención, la rehabilitación y la reinserción. Tiene que ser manejada con políticas públicas de seguridad y no con estrategias publicitarias o propaganda. Si trabaja con eso va a tener resultados que son mediáticos. Si trabaja con políticas públicas va a tener resultados de seguridad pública. Pueden ser malos, buenos o regulares, pero esos son los resultados que va dar.
¿Qué lectura hace del incremento de homicidios?
Cuando hablamos de cada cierto tiempo, en la administración del presidente Bukele que vamos para tres años tenemos cuatro ciclos de violencia. Tiene una desviación estándar en la parte estadística, pero anormalidades que son picos que hay que encontrarle la explicación del porqué de ese pico. Dentro de la teoría de las probabilidades un pico de estos puede suceder, pero cuando no hay una desviación estándar que se mantiene en un ciclo estable, uno mide en desviaciones. Hay una desviación anormal, por tanto es causal. La última fue en el 91 creo que hubo 50 asesinatos ahí se paró en 48 horas sin necesidad de todo lo que están poniendo ahorita.
En la pandemia hubo otro pico. Los pandilleros dejaron de recoger la extorsión y ¿qué pidieron? Asistencia alimentaria para sus familiares. La Corte de Cuentas nos dijo que hay 100 mil personas que se le dieron $300 que no tienen datos de qué son. Aquí hay elementos cualitativos y cuantitativos que nos van diciendo que hay, no le llamemos tregua, llamémosle conversaciones, pláticas, entendimientos… Pero está presente en esa situación.
La caracterización de la situación actual es de una crisis financiera, endeudamiento, una falta de liquidez. O sea el gobierno está más restringido y podría ser en un momento determinado que lo que económicamente se estaba dando ya no se pueda dar por esa situación. Adicionalmente, los buses están más controlados, ahí recogían $12 millones al año solo de una ruta. Entonces hay un factor económico que está presente. Estos elementos van dando que estamos claros de la famosa tregua, hay videos, documentos, dos investigaciones que ponen el punto sobre la í.