Los familiares de tres trabajadores que fueron raptados y desaparecidos por una estructura de la Mara Salvatrucha en la zona de El Boquerón, el 24 de mayo de 2019, siguen sin tener una respuesta del Estado.
La última luz de esperanza por encontrar “aunque sea los restos” la tuvieron en noviembre del año pasado, cuando cuatro días después de la captura de 24 personas sospechosas de la desaparición y asesinato de los jornaleros, los familiares fueron citados a Medicina Legal.
Según explicaron a este medio, la cita fue para tomarles muestra de sangre, la cual sería utilizada para la comparación del ADN con unas osamentas encontradas, que se sospechaba eran de los desaparecidos.
Sin embargo, han pasado ocho meses desde eso, y la ansiada respuesta no ha llegado, y con la entrada en vigencia del régimen de excepción, el resultado lo ven cada vez más lejos.
“A veces sospechamos que las osamentas encontradas no eran las de ellos, pero seguimos sin tener una respuesta”, dice uno de los familiares.
Sobre el hallazgo de las osamentas, las autoridades de seguridad se han mantenido en silencio.
En noviembre del año pasado un testigo reveló en un proceso judicial, en el Juzgado 2º de Paz de Santa Tecla, cómo los integrantes de la mara Salvatrucha que operaban en la zona del volcán de San Salvador, raptaron y desaparecieron a los tres hombres.
El testigo presentado por la Fiscalía para acusar a 22 supuestos mareros develó que la clica tenía como rutina interceptar e interrogar a toda persona que no fuera de la zona.
158 víctimas
Fueron encontradas en fosas y cementerios clandestinos desde 2019 hasta febrero de 2022.
El viernes 24 de mayo de 2019 al mediodía tres trabajadores de una empresa dedicada al mantenimiento y construcción de piscinas llegaron en un camión, por segundo día consecutivo, a botar ripio y tierra en un terreno en el cantón Álvarez, en el kilómetro 16 y medio de la calle a El Boquerón.
Los empleados fueron identificados como Neftalí Castro Melgar, Jorge Cisneros y Matías Palacios.
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El testigo dijo que cuando los trabajadores se encontraban descargando el camión, tres mareros se acercaron al más joven de ellos y le pidieron que los acompañara. Se lo llevaron con el fin de interrogarlo para verificar quién era y dónde vivía.
Unos minutos después, dos pandilleros regresaron y se llevaron a los otros dos trabajadores que aún estaban descargando el material del camión.
El proceso de interrogatorio, golpiza y desaparición de los tres hombres duró hasta la madrugada del día siguiente, según relató el testigo. Los pandilleros realizaron la “pegada” de una forma organizada, que ni siquiera una patrulla policial que había sido alertada del hecho, logró encontrar pistas para intervenir a los mareros en flagrancia.
Horas más tarde, las autoridades solamente encontraron el camión en la carretera que de El Boquerón conduce hacia Quezaltepeque.
Han pasado tres años y dos meses y los familiares de Neftalí, Jorge y Matías siguen sin saber de su paradero.
Abandono
Este es solo uno de los casos de decenas de familias que siguen sin encontrar a sus desaparecidos.
Familiares de desaparecidos han denunciado que desde que iniciò el régimen de excepción sus casos han quedado “estancados” debido a que ahora los encargados de los casos, están enfocados en las capturas.
Organizaciones sociales han realizado diversos llamados a las autoridades del gobierno central y del gabinete de seguridad pública de Nayib Bukele, para que apoyen a las familias de las víctimas de desaparición, sentarse con ellas a dialogar y trabajar en conjunto y prevenir las desapariciones.