Wilber Campos es conocido en el municipio de San Lorenzo, Ahuachapán, como uno de los mayores productores y comerciantes de loroco y jocote, sin embargo, lleva casi cuatro meses en prisión tras ser capturado durante el régimen de excepción.
Wilber David Campos Albanes, de 45 años, fue capturado el 4 de mayo pasado, por los soldados que custodian un punto ciego en el cantón El Portillo, en esa misma localidad.
La esposa de Wilber relata que ese día su esposo iba con su hijo mayor hacia la zona de Hueviapa (al lado de Jutiapa, Guatemala) a traer las pertenencias del joven, quien se regresaría a vivir con ellos, después de tener problemas con la familia de su pareja.
Ambos hombres dejaron su DUI y solicitaron permiso a las autoridades militares en ese punto, como todos los residentes de la zona fronteriza deben hacerlo para pasar al otro lado.
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Sin embargo, al regreso Wilber fue detenido por los militares, según sus familiares, con la excusa de que tiene dos tatuajes artísticos en las piernas. De los tatuajes que Wilber se había hecho hace años atrás, solo saben las personas que han vivido en su casa.
Ese día la Fuerza Armada publicó un tuit en el que se lee “En San Lorenzo, Ahuachapán, el Comando Sumpul, ubicó a un presunto miembro de estructura criminal. Fue entregado a la PNC”.
El mensaje está acompañado de una fotografía donde se ve a Wilber esposado junto a dos soldados posando junto a él.
Cuando los familiares preguntaron a la Policía en Atiquizaya del por qué de la detención del comerciante, solamente les dijeron que había sido entregado por los militares, detenido por el delito de agrupaciones ilícitas.
La familia de Wilber niega que él pertenezca a alguna estructura delincuencial, como prueba muestran la solvencia de antecedentes penales, extendida por Dirección de Centro Penales el 6 de mayo de este año.
Por eso, los parientes deducen que el comerciante fue víctima de una llamada anónima de alguna persona malintencionada.
Wilber se ha dedicado durante 18 años a la producción de loroco, además, ha sido el proveedor de al menos tres empresas dedicadas a la exportación de ese producto nostálgico.
Arely de Campos, la esposa del capturado, recuerda que su esposo inició en ese negocio desde abajo, cultivando y vendiendo el producto en el mercado local.
“Mi esposo salía con un saco y una báscula para el mercado todos los días, así comenzó el negocio” relató Arely.
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Luego un hermano le prestó un pick up y una tía, que se dedica al mismo negocio, le compartió algunos clientes y ayuda económica, hasta lograr convertirse proveedor de exportación.
Sin embargo, mantener a flote ese negocio requiere de largas jornadas y la colaboración de toda la familia.
“El día de él comenzaba a la medianoche, cuando se levantaba a limpiar y preparar el loroco junto a unos 15 trabajadores para luego cargar el camión para entregar el producto tanto en el mercado como en a las empresas exportadoras”, comenta Arely.
Desde que Wilber está detenido se han visto afectados al menos 15 personas que eran contratadas de manera temporal para limpieza y preparación de loroco, al igual que los 28 productores a quienes él les compraba el loroco para la reventa.
La captura de Wilber también ha afectado la situación psicológica de sus ocho hijos, relata su esposa Arely.
Los más pequeños preguntan por qué su padre no regresa, la mamá les ha dicho que anda de viaje, pues todos tienen visa estadounidense.
Mientras que uno de los hijos mayores del capturado ha tenido que dejar sus estudios de agronomía en la universidad, para ayudar en las actividades del negocio.
Arely pide en concreto a las autoridades que revisen el caso de Wilber quien permanece recluido en el penal La Esperanza, en la localidad de Mariona.
“Mi esposo es un hombre dedicado a sus hijos y a su hogar. La ausencia y el vacío del padre es bien difícil”, afirma.