Familiares y amigos dieron el último adiós a José Luis Hernández, el vendedor de pan asesinado el pasado fin de semana, frente a una iglesia en la colonia Las Palmeras, de Tacuba, Ahuachapán.
Quienes lo conocían dijeron que acostumbraba a cargar su bicicleta, en ocasiones llevaba a un menor de edad con él y siempre andaba un pito para anunciar su paso.
Asimismo recordaron una frase que él decía: "vaya el budín y pan dulce". Al entierro en el cementerio municipal asistieron más de 100 personas.
"Era muy queridos por los tacubos", publicaron en redes sociales algunos residentes.
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En ese mismo camposanto, enterraron los restos de Ariel González, quien también fue asesinado el fin de semana, en Ahuachapán. La víctima se dedicaba a hacer viajes en su mototaxi.
"Lo conocí de vista en su trabajo como mototaxista", dijo un lugareño. Otro por su parte, comentó que "no entiendo cómo pueden quitarle la vida a personas que son trabajadores y no tienen nada que ver", lamentó.