La Laguna El Jocotal es un lugar espectacular. Los habitantes aseguran que en este ojo de agua viven caimanes, cocodrilos, aves como el gavilán caracolero, pelícano blanco, zarceta, gallito de agua, patos, garzas, tucanes, pájaros carpinteros; y también peces como el guapote pando, ojo rojo, mojarra negra, burritas, tilapia, tortuga terrestre. Cada año, unas cien especies de aves migratorias llegan a la laguna.
El lugar es apropiado para realizar investigaciones sobre la flora y fauna que adorna el lugar. Es el primer sitio Ramsar del país, en recibir esa categoría, por ser un lugar de humedales, refugio de una diversidad de especies de flora y fauna. Se cree que al lugar llegan unas 20 mil aves de distintas especies, tanto migratorias como locales, aproximadamente.
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Un equipo de la Universidad de El Salvador (UES) visitó la laguna en busca de nuevo conocimiento académico, con estudiantes de segundo año de la Escuela de Biología, de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemática de la UES, que cursan la materia Botánica II.
Fue un día de campo interesante para los futuros biólogos, quienes desarrollaron el segundo laboratorio práctico, lo cual consiste en hacer un reconocimiento de vegetación (árboles, arbustos y hierbas) y la identificación de especies vegetales que se encuentran en la laguna y en las extensiones de tierra que la rodean.
El grupo salió del Alma Máter a las 7 a.m. de un sábado caluroso. Al llegar al lugar, fueron recibidos por un intenso calor que puso a prueba su hidratación. El biólogo y docente de la UES, Carlos Elías, reunió a los estudiantes para darles indicaciones de cómo se desarrollaría el laboratorio de campo.
Hicieron un reconocimiento del lugar y encontraron especies vegetales que son muy características de zonas húmedas, como el caso de esta Laguna el Jocotal.
Cada estudiante en los grupos de trabajo iba preparado para hacer sus anotaciones, con lupa lista y cinta métrica para medir el terreno y delimitar así las áreas donde realizaron su investigación.}
“Hacer este tipo de trabajo en el campo, es interesante e importante para nosotros los futuros biólogos, nos ayuda a poner en práctica los conocimientos adquiridos en clase. Para desarrollar esta guía, hicimos grupos de trabajo y mediremos la zona donde se trabajará. Cada parcela, debe tener 10 x 10 metros (100 m2) y para que todo salga exacto, hacemos uso de la cinta métrica y la brújula. Luego se hace el muestreo o medición de árboles y la diversidad que existe en la zona, como el pimientillo y almendro de río, que es lo más común”, expresó Cindy Rosales, estudiante de Biología de segundo año de la UES.
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“Hemos realizado un muestreo de forma dirigida, por la diversidad de árboles que hay. Esto nos sirve para identificarlos y clasificarlos por parcela. Ya teniendo definida las áreas, trabajamos de forma ordenada y así, tendremos datos exactos de cada parcela”, añadió la universitaria.
La Laguna El Jocotal tiene un área de 900 hectáreas en estación seca y en época lluviosa unas 1,800. En 1976, se le declaró área natural protegida, por su riqueza de biodiversidad; y en 1983, se le reconoció como “Santuario de aves”.
Para 1996, ya se había convertido en un atractivo turístico de El Salvador. Sus habitantes se dedican a la pesca, agricultura y a cuidar el lugar, ya que es su fuente de vida y trabajo. Es una laguna formada por las aguas del manto acuífero de lava del volcán Chaparrastique y el río grande de San Miguel, cuando crece en invierno.
En medio de un calor retador, después de que los estudiantes verificaron e identificaron las especies de árboles, el grupo se trasladó a la Lagula del Abuelo, que está en el mismo lugar, para verificar los tipos de plantas acuáticas que existen.
En la orilla de esta laguna, se podía observar tanto ninfas como basura dejada por visitantes.
Mientras el docente y estudiantes hacían el muestreo, muchas familias disfrutaban de esa cálida agua, no importando si estaba contaminada.
Carlos Elías, biólogo botánico y docente de la UES, sacó algunas muestras de esta laguna y explicó a los estudiantes cómo está formada la anatomía y morfología de una planta acuática, como: helechos acuáticos, jacintos de agua, carrizos y árboles frutales, como la almendra, mango y jocote.
“En cada salida de campo que realizamos con los estudiantes, ponemos en práctica la teoría dada en clases y se aplica al estudio que hacemos, en este caso, sobre la identificación de especies vegetales. Este tipo de investigación nos ayuda a hacer un inventario, valorar, verificar la población de plantas, sus alteraciones, las nativas e introducidas al país, que hay en el lugar. La mayoría son ornamentales, que también pueden contaminar o intoxicar los mantos acuíferos si no se tiene control sobre ellas”, explicó el académico.
“Hacer este tipo de investigación con los futuros biólogos, les ayuda a ser guiados de cómo se deben de realizar. Se les asesora en sus trabajos de graduación y tesis, por si se dedican a este tipo de estudio sobre el área de la botánica. En esta reserva natural, detectamos que las poblaciones de jacinto, lechuga de agua y carrizos, si no se tiene control de sus poblaciones, terminará asfixiando la laguna, porque impiden la entrada de los rayos solares, que sirven para darle vida a otras especies que habitan ahí”, analizó.
Recomendó que “tanto los pobladores como las instituciones correspondientes deben de realizar jornadas de limpieza mecánica de la laguna, para extraer la ninfa y darle un tratamiento adecuado. Esta puede servir para hacer artesanía, como cestas y carteras. Muchas familias de la zona viven de la pesca, turismo y agricultura”.
“Logramos identificar unas 22 especies de plantas acuáticas y árboles, que son comunes en la zona por la humedad. La técnica de medir áreas de trabajo o parcelas, nos ayuda a delimitar y contabilizar los árboles que están dentro de ellas y hacer cálculos de índice de diversidad o valor de importancia. Logramos ver, que el árbol pimientillo, es el más común de la zona, se adapta a lo húmedo y al clima caliente. Las muestras recolectadas se analizan en los laboratorios de la UES”, concluyó el biólogo botánico y docente de la UES, Carlos Elías.