Tras el acuerdo tomado por la comisión de Economía de la Asamblea Legislativa, de disolver a la Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC) y trasladar sus funciones al Banco Central de Reserva (BCR); analistas económicos consultados por El Diario de Hoy, coinciden en que el BCR cuenta con las capacidades técnicas para asumir algunas de las tareas de la Dirección relacionadas con proyecciones económicas, pero no sociales y tampoco para levantar encuestas y censos en el territorio, para esto tendrá que echar mano de los técnicos de la DIGESTYC.
Además, dudan del perfil del actual presidente del BCR, Douglas Pablo Rodríguez Fuentes. El funcionario ha sido miembro fundador del partido oficialista Nuevas Ideas y secretario electoral de ese instituto político. Es contador público y hombre de confianza del presidente Nayib Bukele desde 2012, cuando el mandatario era alcalde de Nuevo Cuscatlán. Luego se fue a trabajar con Bukele a la alcaldía de San Salvador hasta 2019.
Rodríguez ocupa el cargo de presidente del BCR desde septiembre de 2020, tras la supuesta renuncia del expresidente Nicolás Martínez, quien falleció en octubre de 2021, un año después de haber mostrado a los diputados de la comisión especial legislativa que investigaba el uso de los fondos públicos para la pandemia, que el gobierno sí contó con dinero suficiente para enfrentar la Covid-19.
El actual presidente del BCR es el tercero en lo que va de la gestión de Bukele y fue designado en el puesto, a pesar de no cumplir con la experiencia que exige para ese cargo la Ley Orgánica del Banco Central de Reserva.
Dicha normativa indica que el presidente de esa entidad financiera del Estado, debe tener al menos 10 años de experiencia en materia económica y financiera, un requisito que Rodríguez no cumpliría ya que sus labores iniciaron en esa área en 2015 en la alcaldía de Nuevo Cuscatlán.
La poca experiencia que Rodríguez tiene en las labores que realiza la DIGESTYC y que el BCR no cuenta con la experticia técnica ni con el personal en censos más específicos como desarrollo humano, de pobreza, de género, de población LGTBIQ+ y de pueblos indígenas, entre otros, preocupa a algunos analistas económicos.
“Es evidente que la persona al frente del Banco Central de Reserva no cumple con los requisitos de ley, de experiencia, y esto en realidad no tiene que ver con nada personal o individual, se debe pensar que las personas a cargo de institutos tan tecnificados como el BCR tengan un conocimiento por encima del promedio acerca de las discusiones técnicas a nivel regional y esas discusiones técnicas pasan por personas que tienen experiencia en el tema y grados académicos”, apuntó la economista Tatiana Marroquín.
José Luis Magaña, coordinador de investigación e incidencia en panorama económico, manifiesta que la naturaleza del BCR no es ser generador de estadísticas, sino de una institución que está al frente de la política cambiaria, monetaria y financiera del país, que si bien es cierto que debe generar estadísticas para conocer esas áreas, no es su fuerte.
Para el economista Rafael Lemus, la decisión del gobierno de trasladar las funciones de la DIGESTYC al BCR sí es acertada. Según dijo, el Banco es una de las instituciones más modernas de El Salvador en cuanto a tecnología de sistemas de datos electrónicos confiables.
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Valoró que hay capital humano y técnico incluso para llevar a cabo las encuestas de hogares y otros servicios que la Dirección ha venido efectuando desde hace décadas.
Lemus añadió que el BCR se ha sometido a procesos de revisión de las normas de estadísticas que emanan del Fondo Monetario Internacional (FMI), lo cual considera una de las mayores fortalezas del Banco; sin embargo, está de acuerdo en que quien dirige el BCR no es el funcionario idóneo.
“La persona que está allí no tiene las credenciales académicas, es una persona que viene de las estructuras políticas de Nuevas Ideas”, aseveró Lemus.
El nexo político de Rodríguez también acaparó la atención de los diputados de oposición, quienes creen que la disolución de la DIGESTYC es una estrategia para ocultar los datos relevantes sobre mediciones de pobreza, desarrollo humano, social y económico del país.
El analista político Jorge Villacorta mencionó en la entrevista de TCS de este viernes 29 de julio de 2022, que ese movimiento político podría tener a la postre un interés electoral de cara a los comicios de 2024.
“¿Por qué desarticular una institución con tanta experiencia? ¿Por qué no tecnificarla más para hacerla más autónoma? para que las cifras sean más certeras, ahora (con el BCR) uno puede dudar de las cifras, que sea chaveleado para un interés electoral”, mencionó Villacorta.
Al respecto, el economista Magaña teme que la disolución de la DIGESTYC pueda responder a una estrategia más de política y de propaganda, conllevando el riesgo de que los datos que el BCR proporcione no sirvan o no estén apegados a la realidad.
El argumento del gobierno para hacer desaparecer a la DIGESTYC es que con el BCR las tareas de la Dirección serán modernizadas y habrá un ahorro para el Estado. De hecho, los empleados de esa Dirección se quedarán sin empleo, excepto aquellos que el BCR considere claves para el trabajo que deberán asumir.
Sin embargo, según Magaña el presupuesto de la Dirección de Estadísticas apenas es de $4 millones anuales, lo cual no vendría a solucionar la crisis fiscal del Estado.
“No es una modificación eficiente en términos de ahorro de recursos y efectividad del uso de recursos tanto humanos como financieros, se pudo haber aprovechado el conocimiento y la institucionalidad de la DIGESTYC sin necesidad de disolverla ni transferirla al BCR”, expuso la economista Marroquín.