Carne, pollo, gallina, pincho de carne, tortillas; sobre el asador, todas despiden un olor casero entre los pasillos del mercado Zacamil peculiar del asado salvadoreño que invita a querer probar la comida. Dentro del puesto 430 todos colaboran para que los alimentos estén a la vista y los clientes se sientan satisfechos.
Por más de 30 años su sabor no ha cambiado, empezaron en una pequeña champa en una de las calles principales de la Zacamil en Mejicanos. Al lugar, llegaban para disfrutar de platillos nacionales. Fue ahí donde nació el comedor Yamileth, y luego se cambió dentro del mercado y se ha convertido por tradición en una parada estratégica para todos los que quieren saciar el hambre con comida casera recién hecha.
Cuando los comensales llegan se encuentran con una variedad de platillos típicos. La comida la comienzan a preparar desde las 4:00 de la mañana, todo está calientito. Los comensales pueden escoger para desayunar entre huevos estrellados, revueltos, así como el casamiento, frijoles, plátanos fritos, hotcakes, tamalitos entre otras variedades todo está a la vista.
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Y ya para el almuerzo la variedad incrementa. Más de 15 opciones diferentes en las que se puede encontrar: asados de carne, pollo, gallina, pinchos, variedad de rellenos, pescado, tripa, tortas de carne, fajitas de carne, pollo encebollado, papas rellenas, sopa de pata, gallina, tortitas de carne, acompañados de ensaladas, fresca, rusa, de coditos, chirimol, vegetales, arroz, casamiento entre otros. Los precios varían según lo que el cliente pida, pero se pueden encontrar precios que rondan entre los $2.50 hasta $6.00.
“Nos hemos convertido en un comedor muy reconocido en la zona por su rico sabor y variedad en la comida”, asegura Jeffrey Cruz Corado quien junto a su hermano Abner Cruz administran el comedor.
Del mercado por apps
Una a una las órdenes van llegando hay quienes se acercan y piden directamente su comida mientras otros deciden hacerlo por mensaje de WhatsApp o la aplicación de Uber. El movimiento no se detiene. Unas sirven, otras atienden, otros cobran, todos trabajan al mismo tiempo, más de 300 platos son despachados al día.
Jeffrey Cruz recuerda que desde pequeño su madre Yamileth Corado comenzó en un chalet muy pequeño y ahora tienen más de 30 años alimentando a sus clientes. Su madre una mujer con gran sazón vio una oportunidad en el negocio de los alimentos para sacar adelante a sus hijos.
“Mi mamá empezó un negocio pequeño ella sola y ahora hemos ido creciendo, somos como 10 los que colaboramos en el negocio. Acá tenemos clientes desde que mi mamá comenzó que se mantienen”, agrega orgulloso del negocio familiar que ha heredado junto a su hermano.
El Comedor Yamileth lleva el mismo nombre de su propietaria y aunque la niña Yami, como es conocida cariñosamente en el mercado, ya casi no llega; sus hijos Jeffrey y Abner mantienen el amor y la pasión por la cocina y que han heredado todos los que laboran en el local.
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“El sabor se mantiene desde el principio y eso hace la diferencia entre los demás, los clientes saben que acá comen rico y son atendidos con mucho cariño como si estuvieran comiendo algo preparado por sus madres o abuelas comida bien casera”, expresa Brenda sobrina de Yamileth quien es parte de las que laboran en el comedor.
Jeffrey y Abner han llevado a otro nivel la comida casera y fue la pandemia la que los obligó hacer cambios “Debido al encierro de la pandemia que decidimos ofrecer servicios de envíos y fue así como la gente de Uber Eats nos contactó para que ingresáramos a la plataforma con la variedad de comidas que ofrecemos” comenta Jeffrey.
Son muchos los clientes que visitan este negocio por su ambiente casero, en donde el olor y el sabor de la comida se combinan. Sin duda que un negocio que empezó desde cero ahora se ha convertido en el comedor más reconocido en el mercado de la Zacamil