En una conversación con la organización Diálogo Interamericano, el subsecretario de Estado de EE. UU. para asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, manifestó su preocupación por la situación económica de El Salvador.
A juicio del funcionario estadounidense, las finanzas de El Salvador se encuentran en un momento “particularmente complicado”.
Esto, por la combinación de un gasto público que no está siendo reducido, una recaudación tributaria que no crece con respecto al Producto Interno Bruto (PIB), una deuda pública al alza y la adopción de Bitcoin como moneda de curso legal en el país.
“Nuestro abordaje es que queremos ver un programa económico sostenible” y los pasos hacia estabilizar las finanzas del Estado, afirmó Nichols en un conversatorio sobre la situación de Centroamérica y la relación de Estados Unidos con sus vecinos.
Llama a negociar con el Fondo Monetario
El subsecretario de Estado también urgió a la administración de Nayib Bukele a conversar con las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI) a fin de concretar un acuerdo que pueda darle oxígeno a las finanzas públicas de El Salvador a cambio de tomar pasos para sanear la situación del país.
“Exhortamos a la administración Bukele a sentarse con el FMI y otros acreedores para discutir las reformas que El Salvador debería aprobar para garantizar sostenibilidad económica”, manifestó Nichols.
Sin embargo, lamentó que ni las discusiones con el Fondo ni las medidas para garantizar la sostenibilidad han pasado “con la atención al detalle, la frecuencia o el compromiso político que nos habría gustado”.
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Nichols expresó que aún hay tiempo para que el gobierno salvadoreño, el Fondo Monetario y otras instituciones financieras internacionales se sienten y encuentren “un consenso sobre la base del gasto público responsable, una recaudación fiscal eficiente y evitar instrumentos económicos volátiles y riesgosos”.
Esto último en relación a la adopción del Bitcoin como moneda de curso legal, una medida ampliamente criticada por Estados Unidos por los riesgos que trae no solo a las finanzas públicas de El Salvador, sino los riesgos de que esta criptodivisa abra la puerta al lavado de dinero o a empedrar actores criminales.