Javier Avelar y José Giovanni Zetino Clemente, de 35 y 33 años, fueron asesinados el jueves y viernes de la semana pasada. Los dos andaban trabajando como repartidores y ambos fueron asesinados en territorios controlados por la Pandilla 18 Revolucionaria, de acuerdo con fuentes policiales.
Una persona que conoció a ambos resume en una frase la injusticia que los pandilleros cometieron con los dos trabajadores: “Ninguno de los dos andaba en malos pasos; salieron a ganarse el pan y perdieron la vida”.
Aparentemente, el gran motivo que tuvieron los pandilleros para asesinar a Javier y a José fue que estos vivían en una colonia del cantón Lourdes, bajo control territorial de la Mara Salvatrucha (MS-13).
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Las dos víctimas vivían con sus respectivas familias, según vecinos y familiares, en la colonia Belén, cercana a un sector donde desde hace varias semanas hay una disputa territorial entre la MS-13 y la 18 R.
Sin embargo, las fuentes indican que los dos hombres nada tenían que ver en esa disputa territorial que se evidencia con balaceras casi a diario. De acuerdo con lugareños, ambas organizaciones criminales protagonizan intercambios de disparos en el sector de la 5a. avenida Norte y 7a. calle Poniente, a pocos metros de la zona céntrica y de actividad comercial de Lourdes. Y cerca de la delegación de la Policía Nacional Civil (PNC).
De hecho, afirman los lugareños, entre el lugar donde vivía José y la zona fue asesinado, sector del cantón Palos Grandes, posiblemente no haya ni un kilómetro de distancia, pero vivir en una colonia bajo control territorial de la pandilla contraria fue motivo suficiente para asesinarlo.
José deja dos niños en la orfandad.
Un día antes de que mataran a José, en el municipio de Suchitoto, en el sector de Puerto San Juan, Javier Avelar había sido asesinado, aparentemente por miembros de la Pandilla 18. José trabajaba como conductor de un camión de una empresa distribuidora de licores.
Y en ese afán andaba cuando le quitaron la vida. Extraoficialmente, fuentes policiales indican que Javier viajaba con otro compañero de trabajo. Se dirigían a distribuir productos de la empresa para la que trabajan a negocios que funcionan en la zona de Puerto San Juan, a la orilla del Lago Suchitlán.
De repente, un vehículo se les atravesó. Ambos creyeron que se trataba solo de un asalto. Los hombres del vehículo se bajaron y obligaron al acompañante de Javier a que se pasara al lado de atrás donde fue encerrado.
De repente, a Javier le dispararon varias veces. Una de las balas le entró por el cuello, la cual le dañó, aparentemente, una arteria importante, provocándole la muerte en cuestión de segundos.
De ambos crímenes, la policía no ha informado sobre capturas de sospechosos, a pesar de que en el caso de Javier, aparentemente, existe un vídeo que habría registrado cómo fue cometido el homicidio.
En la noche del viernes anterior, en la colonia Belén de Lourdes hubo dos velaciones. “Es increíble que ayer haya habido dos velas al mismo tiempo, la del repartidor y la de Javier, en la misma colonia y por poco en la misma calle”, comentó un lugareño con indignación por la muerte de los dos hombres. Cada uno deja dos niños. Cuatro huérfanos más debido a la violencia.