En la noche del pasado 2 de octubre, Walter Oswaldo Magaña Castaneda, de 28 años, regresaba en su motocicleta a su vivienda donde lo esperaban su mujer y sus dos hijas de 9 y 5 años, en el caserío El Casco.
Walter regresaba de sus labores como miembro del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM) de la alcaldía de San Salvador, cuando la muerte lo sorprendió en uno de los dos puentes que la DOM destruyó como parte de la reconstrucción de 4.4 kilómetros de calle en la Hacienda La Labor, en el caserío El Limón.
Griselda, esposa de Walter, asegura que esa noche ella lo esperaba pero cuando no llegó supuso que se había quedado donde una tía, como a veces lo hacía. Lo raro es, cuenta, que le mandó un mensaje pero nunca le cayó.
Al siguiente día, Griselda se fue al mercado de Ahuachapán. Creyó que se lo encontraría pero no fue así. Supuso que al regresar a casa ya estaría él allí.
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Fue entonces que por teléfono comenzó a preguntar a sus vecinos y amigos si lo habían visto. Una persona le indicó que había estado en una tienda donde hay juegos de máquinas tragamonedas y que de ahí salió como a las 9:30 de la noche rumbo a su casa.
Alertados por la preocupación de Griselda, algunos vecinos se asomaron a buscar a la quebrada donde una persona dijo haber visto que un motociclista iba a cruzar el vado construido.
Como a 50 metros de ese lugar, los vecinos hallaron la moto en una poza. Alertaron a Griselda y ella reconoció que era la de Walter.
El cuerpo del joven fue encontrado el 4 de octubre, a varios kilómetros de distancia de donde fue arrastrado por la correntada.
“Lo único que sabemos todos acá en la comunidad es que jamás había pasado algo así. Y justo cuando ellos destruyen el puente ahí y dejan algo tan mal hecho es que sucede esta tragedia. Ellos son responsables en parte pero ellos de nada se hacen cargo”, afirmó un familiar de Walter.