“Quizá de esta no me salvo”, fue el pensamiento de Julio Mauricio Valle, quien junto a Santo Ulloa naufragaron por más de veinte horas luego que su embarcación artesanal, Alexandra I, volcara por un fuerte oleaje.
Las olas, inicialmente, los cubrieron de agua hasta que la embarcación cedió. Ambos pescadores lograron nadar para aferrarse a la tapadera de una hielera, que tiene un metro de largo por ochenta centímetros de ancho.
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Valle y Ulloa habían salido del muelle artesanal de Acajutla el sábado a las 4:30 de la tarde con la intención de lanzar redes para la pesca de macarela.
“Salieron rápido y no les importó que el mar estaba picado”, relató el despachador de hielo del muelle, quien omitió su nombre.
A las 6:00 de la tarde del sábado, se encontraban lanzando las redes cuando una fuerte ola los cubrió de agua, por lo que comenzaron a “achicar” el mar hasta que la embarcación volcó.
“¡Dios mío, ayúdanos!”, fue el grito desesperado de Valle cuando una de las olas los arrastraba, contó horas después al ser rescatado.
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Los dos pescadores hicieron hasta lo imposible para unirse y aferrarse a la tapadera de la hielera. Fue lo único que había quedado cerca de ellos; las demás pertenencias se habían esparcido o hundido en el mar.
“Eran como las 6:30 de la tarde; mi corazón sentía que estaba paralizado, de nada más pudimos agarrar. La lancha, poco a poco nos alejaba. Sentí que poco tiempo teníamos de vida. Lo único que se me vino a la mente fue: hoy si llegó mi fin; quizá de esta no me salvo”, relató Valle mientras trataba de impedir el llanto.
Junto a su compañero de faena comenzaron a nadar por cerca de ocho kilómetros hasta que llegaron a la boya de anclaje.
Ahí comenzó otra angustia para los sonsonatecos ya que pasaban embarcaciones a una distancia prudencial; pero a ellos no los miraban.
“Les gritábamos, les levantábamos la mano y creerá que nadie nos miraba”, expresó Ulloa sobre las embarcaciones que pasaban frente a ellos.
La alerta entre pescadores y autoridades se encendió debido a que la embarcación de ambos debía regresar el domingo a las 7:00 de la mañana.
El propietario llegó al muelle para preguntar por ésta, al no obtener información, a las 8:00 de la mañana iniciaron la búsqueda de los pescadores por parte de otros compañeros, con ayuda de la Fuerza Naval.
Dos horas después y a cinco millas al sur de la playa Los Cóbanos, fue encontrada la embarcación. Estaba volcada.
Siguiendo la trayectoria de la corriente, la búsqueda se enfocó en otros rumbos; mientras los pescadores habían nadado contra corriente, por otro sector.
Aproximadamente a las 3:00 de la tarde del domingo, el empleado de una empresa vio a la distancia que algo sucedía en la boya de anclaje, por lo que dicha embarcación encendió los motores y se acercaron con precaución.
Los dos pescadores se sintieron alegres y con la emoción de que se encuentran con vida, de milagro. Valle relató que ya no volverá al mar.