Un terremoto de magnitud 6.4 sacudió el lunes por la noche la provincia meridional turca de Hatay y el norte de Siria, causando la muerte de seis personas y desatando nuevamente el pánico tras el fuerte temblor del 6 de febrero, que dejó casi 45,000 muertos en ambos países.
La agencia de respuesta a catástrofes AFAD informó de las muertes, así como de casi 300 hospitalizaciones, mientras que en Siria el grupo de ayuda Cascos Blancos indicó que al menos 150 personas habían resultado heridas en la región de Alepo.
El sismo del lunes sacudió la ciudad turca de Defne a las 17H04 GMT y fue sentido con fuerza por los equipos de la AFP en la cercana ciudad de Antakya.
También se sintió en el Líbano y en Chipre.
Posteriormente la agencia turca de gestión de catástrofes indicó en Twitter que un temblor de magnitud 5.8 se produjo tres minutos después, con epicentro en el distrito de Samandag, en la provincia de Hatay. La agencia registró otros dos temblores de magnitud 5,2 unos 20 minutos después del primero, el lunes.
Entre los fallecidos hay tres personas que quedaron atrapadas haber regresar a sus hogares dañados para recuperar sus pertenencias, precisó AFAD, advirtiendo a la población no volver a casas dañadas.
El martes, la organización anunció el envío de 6.000 tiendas de campaña adicionales a la región para albergar a quienes lo necesiten.
Imágenes de la agencia de noticias DHA mostraron la evacuación de un hospital en Antakya, mientras que la emisora NTV informó de la evacuación de un hospital en la ciudad de Iskenderun.
DHA precisó que los pacientes en una unidad de cuidados intensivos fueron trasladados en ambulancia a hospitales de campaña para continuar su tratamiento.
Ver: El terremoto que golpeó hace una semana Turquía y Siria deja más de 35,000 muertos
La tierra se abría para tragarnos
El ministro del Interior, Suleyman Soylu, declaró que los equipos de rescate estaban intentando encontrar a personas atrapadas bajo los escombros.
Un periodista de la AFP informó de escenas de pánico en Antakya, donde los nuevos temblores levantaron nubes de polvo en la devastada ciudad. Donde las paredes de los edificios gravemente dañados se derrumbaban mientras varias personas, aparentemente heridas, pedían ayuda.
"Estábamos con AFAD, que buscaba los cuerpos de nuestra familia, cuando se produjo el terremoto. Nos agarramos unos a otros y justo delante de nosotros empezaron a caer los muros. Parecía que la tierra se abría para tragarnos", declaró a la AFP Alí Mazlum.
El joven, de 18 años, que vive en Antakya desde hace 12 años, buscaba los cadáveres de su hermana y la familia de ésta, así como el de su cuñado y la familia de él.